domingo, 24 de febrero de 2013

¿Qué es lo que te falta entregar? -Devocional

En una ocasión, un joven rico se presentó delante de Jesús y le preguntó: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Mateo 19:16 (Reina-Valera 1960). Nuestro Señor Jesús le contestó citándole los mandamientos que tenía que guardar, sin embargo, este joven era un practicante de esos mandamientos y por eso le contestó: “El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Mateo 19:20 (Reina-Valera 1960). Fue en ese momento, cuando nuestro Señor Jesús entendió que se trataba de un joven que tenía la intención de agradar a Dios, pero había algo en él que no le permitía totalmente ser ese hombre que él quería ser, por eso nuestro Señor le dijo: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” Mateo 19:21 (Reina-Valera 1960).
El joven, al escuchar las palabras del Maestro, se entristeció; la Biblia lo relata de la siguiente forma: “Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Mateo 19:22 (Reina-Valera 1960).
Al igual que el joven de la historia bíblica, muchos de nosotros hemos decidido agradar a Dios en todo y a veces hemos considerado que lo estamos logrando, pero muchas veces hay cosas que, sin darnos cuenta, no hemos entregado al Señor.
Si este día le preguntaras al Señor: “¿Qué me falta para agradarte?”, y Él te respondiera señalando alguna área de tu vida, ¿Serías capaz de dejar de hacer eso?, ¿serías capaz de entregar a Dios esa área?, ¿serías capaz de renunciar a esa amistad o relación?, ¿serías capaz de deshacerte de ese ídolo que has construido?, ¿serías capaz de tomar esa decisión tan difícil pero necesaria?


No vamos a negar que todos tenemos áreas de nuestra vida que, de sobra, sabemos que tenemos que mejorar. La gran mayoría de nosotros sabemos qué es lo que nos está causando tropiezos o por qué nos sintamos indignos delante de Dios, sin embargo muchas veces no hacemos nada por solucionar ese problema, no hacemos nada por dejar ese mal hábito, no hacemos nada por decir NO a ese pecado y seguimos viviendo con eso en nuestra vida.
Ahora respóndete esta pregunta directa:

¿Qué es lo que te falta entregar?

Sé sincero contigo mismo, examina ahora tu vida, tu corazón, tus pensamientos y detecta aquello que hasta este día no le has entregado al Señor, con toda humildad reconoce tu fallo y entrega en las manos del Señor eso que tanto te ha estado afectando.
Ya no es tiempo de seguir viviendo con esas piedras en los zapatos que te impiden caminar correctamente. Es hora de detenerse, detectarla, sacarla y comenzar a caminar como Dios merece que caminemos.
La clave para ser agradables a Dios está en tener la suficiente humildad para reconocer que tenemos un problema o un área de nuestra vida, que no le hemos entregado al Señor. Desde el momento que reconocemos que tenemos un problema, comienza el Espíritu Santo de Dios a obrar en nuestra vida, dándonos la capacidad para salir adelante y solucionarlo, dándonos el valor que necesitamos para tomar las decisiones que haya que tomar.

¿Estás dispuesto a entregarle a Dios todo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario