domingo, 24 de febrero de 2013

Mi relación con Dios - Devocional - vídeos

Lo que Dios más anhela es que la humanidad sea salva, que tú y yo seamos salvos por su gracia y que le conozcamos. Él quiere que le adoremos por lo que es, y por lo que hemos vivido de su amor, que sea una adoración de corazón, no palabras que haya dicho otra persona en su adoración, sino palabras que se nos vengan a la mente a través del Espíritu de Dios, palabras que sean de lo que hemos conocido del Amado a través de nuestra intimidad con Él.
Mi relacion con DiosEn una relación, ya sea familiar, de amigos, de hermanos o de novios, conocemos a las otras personas por momentos en los que hemos estado con ellos, conversando de cosas de nuestra vida, experiencias, inquietudes y sueños; y por el tiempo que dedicamos a conocerles, esto último es clave para conocer más a una persona; el tiempo que le dedicamos dependerá de la importancia que tenga para nosotros, del interés por conocerle y lo agradable que sea estar con esa persona. Una relación de pareja es la que más se asemeja a todas estas cosas, porque nuestro querer conocerle es grande y, a medida que vamos conociéndole, queremos conocer más de él o ella.
Cuando descubrimos a Cristo, encontramos a un ser que abarca mucho más que una simple relación, pero lo importante es que busquemos momentos de intimidad con El amado, que queramos conocerle, porque SÍ podemos, pero todo es parte del querer para luego hacerlo. El tiempo que le dedicamos a buscarle demuestra nuestro interés en conocerle. La Oración es lo primordial para mantener esta relación, "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra (Santiago 1:6 RV)"; conversa con Él confiadamente, cuéntale todo lo que te pasa, sin buscar palabras muy elaboradas, ni repetir oraciones, hazlo creyendo que Él te puede oír:
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24 RV).
 Busca un lugar tranquilo, apartado de interrupciones, para que te mantengas enfocado en lo que le dices a Dios, Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6 RV), Estar en un lugar donde no tengas interrupciones te permitirá concentrarte en lo que le quieres decir a Dios; aunque Él ya sabe lo que necesitas, quiere escuchar de ti esa necesidad probando tu fe en Él, y, como en su Palabra dice, serás recompensado en público cuando comiences a dar frutos. 
Todo se puede llegar a convertir en una cita con Dios; así como cuando estableces un tiempo y un lugar para juntarte con una persona, así también lo haces con Dios: disponer de un tiempo sólo para estar con Él a solas, estableciendo un lazo de amor cada vez más profundo, que te envuelva y te llene por completo cada vez que te reúnas con tu amado Salvador. Estos momentos valen la pena completamente; tus citas con Dios te permitirán apropiarte de las bendiciones que Dios tiene prometida en su Palabra, pero todo depende de ti, de tu insistencia en buscar lo que quieres recibir de Dios, de tu persistencia en cuanto a pedir, buscar y llamar, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8 RV); este punto es muy importante para que tu relación se mantenga viva y llegues a la estatura del varón perfecto, para que seas lleno del Espíritu Santo y cumplas el propósito de Dios para ti.
En cuanto a la relación, el tiempo es esencial, demuestra la importancia que tiene Dios para ti antes que otras cosas y lo agradable de pasar este tiempo con nuestro Amado, será una mayor motivación para dedicarle ese tiempo. David ansiaba conocer el rostro de Dios; a pesar de ser una persona conforme al corazón de Dios, y a pesar de todo lo que él era, sentía que aún no era suficiente, por tanto no estaba conforme. David dijo: Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová (Salmos 27:8 RV). Le decía a Dios que no ocultara su rostro, quería conocer ese rostro, quería que su relación con el Amado fuera inquebrantable, que los momentos de intimidad nunca acabaran, que la presencia de Dios la pudiera sentir a cada momento, no sólo en momentos especiales, quería que esa relación no sólo fuera de citas solamente, quería tener una vida en que TODO el día estuviera junto a Dios disfrutando de esa intimidad, de esa oración ininterrumpida. 
A esto quiero llegar, a vivir con Dios.

Quiero que tú comprendas que no es imposible, que Dios está ansioso por disfrutar ese tiempo, que Dios está esperando a que vueles a reunirte con Él, quiere que descubras su amor y que lo guardes en tu corazón, que contemples su rostro en su escritura que para que llegues a amarle con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

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