miércoles, 9 de enero de 2013

Un tesoro que te hará triunfar - Devocional

La Biblia menciona en distintas ocasiones la sabiduría, pero un ejemplo perfecto para aplicar en nuestra vida es el momento en que el rey Salomón le pide a Dios que se la conceda cuando se encontraba adorando a Dios y presentándole ofrendas. Esa noche, Dios se le apareció a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré. 2 Crónicas 1:7(Traducción en Lenguaje Actual).
Salomón tuvo una oportunidad que pocos o casi nadie tuvo. Dios le iba a conceder cualquier cosa que pidiera, pero el deseo de Salomón no fue riqueza, ni poder, ni nada material, como la mayoría de las personas elegirían; él sólo le dijo: ¡Dame sabiduría e inteligencia para que pueda gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo! Porque sin tu ayuda, nadie es capaz de hacerlo. 2 Crónicas 1: 10 (Traducción en Lenguaje Actual). Dios se agradó de eso y se lo concedió, pero además le premió dándole riquezas y poder, convirtiéndole en un rey inigualable pues supo apreciar el valor de la sabiduría.
Lo que parecería para algunos un sin sentido, para Salomón fue lo mejor que pudo haber pedido; cualquier otro, en su lugar, hubiera pedido directamente riqueza sin tener que pasar por ninguna dificultad para conseguirla, pero él decidió que era mejor tener sabiduría que pedir riqueza o poder, y, como añadidura a la sabiduría que le fue dada, vinieron todas las demás cosas.
La mayoría de las veces, en medio de nuestras necesidades o peticiones incluimos cosas como trabajo, prosperidad, salud, bendiciones económicas, entre muchas más, pero olvidamos pedir la sabiduría para conseguirlas, pues si bien sabemos que Dios provee todo lo que necesitamos y hasta más, también está en nosotros hacernos merecedores de tales cosas.
Cuando el rey Salomón pidió la sabiduría era muy consciente de lo que estaba haciendo; él estaba pidiendo el conocimiento y entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas o aconsejar a otros. La sabiduría le fue dada por Dios y eso marcó la gran diferencia en su reinado, nunca nadie pudo igualarle, no hubo mejor rey que él porque así se lo prometió Dios.
Todo sería distinto si en lugar de pedir que Dios prospere nuestra vida, le pidiéramos sabiduría para tomar buenas decisiones, si en vez de pedirle estabilidad económica, le pidiéramos sabiduría para administrarnos, o los frutos del Espíritu para lograr las cualidades que una persona exitosa tiene, que nos capacite para conseguir un buen empleo, etc. Sea cual sea la petición, la sabiduría tiene un papel muy importante, pues hay que ser sabios para poder merecer y sabios para poder disfrutar.
Tal vez has intentado pedir de muchas maneras por tu respuesta, has orado para que llegue una bendición específica a tu vida y no has podido ver el resultado, pero ¡haz una nueva oración!, ¡reestructura la forma en que estás pidiendo!, ¡incluye la sabiduría en tus peticiones!, como dice la Palabra: Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno. Santiago 1:5 (Dios Habla Hoy). Más grande que todas tus necesidades o todo lo que has estado pidiendo es el valor de la sabiduría de Dios; es más efectiva que todas las posibles soluciones en que has estado pensando.
La respuesta a las peticiones está detrás de una oración bien hecha, porque muchas veces ”pedimos, pero pedimos mal”. La sabiduría es la llave al éxito, tenemos un Dios infinitamente sabio que nos la brinda con tal sólo pedírsela. Así como a un bebé no se le pueden dar muchas cosas porque no sabe como hacer uso de ellas, a veces no podemos recibir las bendiciones porque no sabemos como disfrutarlas, como valorarlas o como aplicarlas a nuestra vida.
Sobre todo lo que puedas pedir a Dios no olvides nunca pedirle sabiduría; las bendiciones son necesarias, pero la sabiduría te enseña a vivir, a tomar decisiones correctas, a actuar como se debe ante las situaciones de la vida. ¿Cómo terminar con la mayoría de los problemas que vivimos? Actuando bien desde el principio, porque cuantos menos errores cometemos menos consecuencias afrontamos.
Dios quiere darte sabiduría, Él siempre tiene una manera amorosa y bella de enseñarte a vivir, su deseo es guiarte por el camino del bien, te deja tomar decisiones porque te da libre albedrío, pero su intención siempre ha sido que no sufras las consecuencias de alguna mala elección y si hoy, por algún motivo, estás viviendo lo que te provocó una equivocación, aún sigue teniendo la intención de mostrarte como salir de ello y superar tu problema.
La Biblia es un gran cofre de tesoros y muchas veces no tomamos el tiempo preciso para descubrirlo; nos ahorraríamos muchos problemas y consecuencias si descubriéramos a tiempo todo lo que Dios nos ha dado. Tal vez, por herencia humana, no has recibido ni recibirás grandiosas cuentas bancarias, ni una vida cómodamente resuelta, ni cargos importantes en una empresa, pero te ha sido heredada sabiduría y ciencia del Dios todopoderoso, y eso supera cualquier cosa que puedas necesitar, porque con ella siempre te será mostrada la solución a cualquier circunstancia por muy difícil que parezca.

Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino.  Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.

Proverbios 3:13-15

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