martes, 15 de enero de 2013

Un Corazón Limpio - Devocional - vídeos

Salmos 51: 10
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”.
Puede que uno de los versículos más impactantes de la Biblia sea este. Y será así porque es como el lema de nuestra vida, ya que anhelamos que Dios cree en nosotros un corazón limpio y renueve  nuestro espíritu hacia la rectitud.
Pero, ¿qué es “un corazón limpio”?, ¿cómo se consigue? Un corazón limpio es aquel que está libre de rencor, libre de odio, libre de las ataduras que nos llevan a hacer lo contrario de lo que Dios nos ha mandado hacer. Un corazón limpio es un corazón alegre, pues es un corazón sano; la Biblia dice que el corazón alegre hermosea el rostro, es decir, que tu interior se reflejará en tu exterior.
corazon-limpioUn corazón limpio es aquel que ve las cosas que a diario le ocurren como una forma más para que el poder de Dios perfeccione su vida. Un corazón limpio anhela agradar a su Padre, un corazón limpio es aquel que busca la perfección, a sabiendas de que tiene un largo camino que recorrer para ello. Así se consigue.
Pero la segunda parte del texto dice: “un espíritu recto”. Definitivamente somos seres tripartitos, o sea, estamos compuestos de espíritu, alma y cuerpo. El cuerpo es lo que reconocemos como la carne. El alma se compone de las emociones y el intelecto. Y el espíritu es el que se comunica con Dios, es aquel que en medio de una alabanza de adoración se siente tocado y ministrado por la presencia de Dios, es aquel que nos impulsa a no querer alejarnos de su presencia.
Entonces, un espíritu recto es aquel que no quiere perder su objetivo, Él; es aquel que “pese a...” quiere seguir buscándole y no se rinde por nada; un espíritu recto es aquel que se agrada al hacer la voluntad de su Padre y no mirar atrás.
¿Realmente cuantificamos o valoramos la importancia de este versículo en nuestra vida?Definitivamente, si queremos agradar a nuestro Dios tenemos que decir y tratar de hacer lo que su siervo David un día expresó:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mi”




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