Cuando se abrió la puerta ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba llena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Este buen hombre me hace recordar que tenemos mucho más que un árbol para despojarnos de las aflicciones, tenemos al Padre celestial a nuestro lado que nos ayuda a llevar la carga por más pesada que ésta sea. Sólo entrégasela a El.
Salmos 55:22 “Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.”
Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar”
Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar”
No hay comentarios:
Publicar un comentario