¡Paciencia! La paciencia es un término utilizado por todos nosotros de manera permanente y en casi todos los órdenes de nuestras vidas; también se debe precisar que, con el paso de los años, en nuestra vida se agudiza su repetición verbal o mental; es muy frecuente escuchar exclamaciones como -¡Paciencia… Paciencia! ¡Oh, Señor dame paciencia!, entre otras, acompañadas con un lenguaje corporal bastante evidente.
Técnicamente, la definición dice que paciencia "es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien". “Es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él”. También "es aquello que las personas necesitan en muchos casos para mantenerse estables y tranquilos en un momento determinado".
La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza, sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que a las cosas que no dependan estrictamente de uno hay que darles tiempo.
Paciencia es espera y serenidad en las cosas que se desean. Paciencia es aprender a esperar cuando realmente no se quiere. Paciencia es estar dispuesto a enfrentarte con los desafíos y retos que te ofrece la vida, siendo consciente de que también la misma vida te da la fuerza y valor para resistir y enfrentarte con cada reto.
El término se va asimilando con el paso de los años, se comprende con ayuda de la fe y es una muestra clara de sabiduría y madurez.
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