lunes, 17 de diciembre de 2012

Cuenta con tu mano - Reflexiones

A la edad de treinta y dos años, a Doug McKnight se le diagnosticó esclerosis múltiple. Los dieciséis años siguientes le costaron su carrera, su movilidad y finalmente la vida.
Debido a la esclerosis múltiple no podía comer por sí mismo, ni caminar; combatió la depresión y el temor añadido.
A pesar de todo esto nunca perdió el sentido de la gratitud. La evidencia de esto es su lista de oración. Los amigos de su congregación le pidieron que recopilara una lista de sus peticiones para interceder por él. Su respuesta incluía dieciocho bendiciones por las que estaba agradecido, y seis preocupaciones por las cuales orar. Sus bendiciones superaban a sus necesidades por tres a una.
Doug McKnight había aprendido a estar contento.
Lo mismo ocurrió con una leprosa de la isla de Tobago. Un misionero de poca experiencia la conoció en un viaje misionero.
En el día final, él guiaba la adoración en una colonia de leprosos. Preguntó si alguien tenía una canción favorita.
Cuando hizo la pregunta, una mujer se volvió y dejó ver el rostro más desfigurado que se haya visto. No tenía orejas ni nariz. Los labios habían desaparecido. Pero levantó una mano sin dedos y preguntó: ¿Podemos cantar... “Cuenta las riquezas que el Señor te da”?
El misionero comenzó a cantar, pero no pudo terminar. Después alguien comentó: "Supongo que nunca podrá volver a cantar esa canción". "No" respondió, la cantaré nuevamente, pero nunca de la forma en que lo hacía antes.
¿Espera que un cambio de circunstancias traiga un cambio en su actitud? Si es así, usted está en prisión y necesita aprender un secreto para aligerar su equipaje.
Lo que tiene en El Señor, su Pastor, es mayor que lo que no tiene en la vida.
Mira tus manos o por lo menos cuenta con ellas las bendiciones que ya has recibido.Te darás cuenta de que no te alcanzan los dedos para ellas. Son más las bendiciones que los problemas en tu vida. Entonces no cuentes con los dedos y cuéntaselas a los demás.
Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. Genésis 49:25
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Deuteronomio 28:2
Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza. Salmo 21:3

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