jueves, 22 de noviembre de 2012

Jesús tiene el poder de calmar cualquier tipo de tormenta - Devocional

Muchas personas dicen creer en Dios, pero a la hora de la verdad sólo creen en Él mientras todo sale bien, mientras no hay tormenta que afrontar. Es fácil decir creer en Dios; la mayoría de las personas lo confiesan con sus labios; pero no basta con confesarlo, hay que demostrar que realmente creemos en Él, y esto sólo se puede probar cuando estamos en medio de una tormenta.
Las escrituras nos recuerdan en Marcos 4:35-41, cuando se desató una fuerte tormenta y las olas azotaban la barca en la que iba Jesús con sus discípulos. Jesús estaba durmiendo mientras que los discípulos, desesperados, gritaban para despertarlo y advertirle acerca de lo que estaba sucediendo.
Es bonita esta enseñanza. Así mismo somos nosotros cuando estamos atravesando por una dificultad; cuando creemos que todo se sale de nuestro control empezamos a dudar y a pedir a gritos la ayuda del Señor, pero no con el ánimo de manifestar nuestra fe sino, por el contrario, nuestra desesperación, nuestra falta de ella. Es impresionante cómo Jesús despertó y le ordenó al viento y al mar que se quedaran en silencio y se calmaran; inmediatamente todo quedó completamente tranquilo, ¿no es increíble?; sólo bastó con la orden de Jesús para que la tormenta cesara. ¿Por qué entonces dudamos en los momentos de dificultad y de crisis? Él hará lo mismo que hizo con esa tormenta, ¿acaso no decimos creer en Él? Cuando Él Señor calmó la tormenta les dijo a los discípulos: ¿todavía no tienen fe?, y esto mismo nos preguntará Él a nosotros en ese momento y esperemos que nuestra respuesta sea la correcta.
Sea cual sea la tormenta por la que estás atravesando, tal vez una enfermedad, una crisis de pareja o familiar, una crisis económica, el divorcio, la drogadicción, el alcoholismo, la muerte de un ser querido, en fin, hay tantas, debes saber que Jesús tiene el poder de calmar cualquier tipo de tormenta, y por fuerte que parezca la tuya nunca podrá resistirse a las ordenes del Todopoderoso. Confía en el Señor, Él está en calma porque tiene el control de todo en sus manos, no olvides que estás en su barca atravesando al otro lado en donde sólo te esperan las grandes bendiciones de Dios, tu tormenta pasará. Sabemos que no es fácil tener fe cuando parece que las fuerzas y el aliento se agotan, pero, ánimo, póstrate en este mismo instante delante de Dios y ruega a Él por la paz que necesita tu corazón, que sea Él quien ordene a tu tormenta aplacarse y que sea Él quien dirija tu barco para que las fuertes olas no lo inunden.
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, y la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1 (Nueva Versión Internacional).
La fe mueve montañas, es lo que necesitas en este momento, la fe activa el poder de Dios, no la lástima y el sufrimiento; confía en el Señor y cree en Él, cree en su poder sobrenatural, en su gran amor y fidelidad. Seguro que tu vida empieza a cambiar si se la rindes a Dios y le permites a Él obrar conforme a su voluntad, en el nombre poderoso de Jesucristo. Amén.

¡Dios escucha tus oraciones, no desmayes porque Él está contigo, nunca te dejará, nunca te desamparará!

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