miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿De qué está llena tu red? - Reflexión, devocional


En nuestro caminar por la vida, la gran mayoría de las veces llevamos cargas demasiado pesadas e infructuosas, que lo único que nos producen son dolores y frustraciones, y que a la larga nos van minando tanto en lo físico, como en lo moral, así como en lo espiritual; y eso es debido a que nuestra mente aún se remonta a los eventos del pasado y ello no nos permite disfrutar de lo que actualmente poseemos, o somos. Al igual que los pescadores, nos adentramos en el mar de la vida para ir de pesca siempre con la ilusión de obtener muy buena ganancia; nunca pasa por la mente de nadie el fracasar, porque solamente la pronunciación de esta palabra produce en el hombre cierta incomodidad. En un indeterminado número de veces nuestra pesca es raquítica, o bien es abundante pero al seleccionar el producto resulta que la gran mayoría de pescados no nos sirven o son de muy poco valor. Es por lo que hoy simplemente te hago la siguienta pregunta: ¿ya revisaste de que está llena tu red? o, mejor aún, ¿vale la pena lo que pescaste? 
Como buenos pescadores, diestros en la materia, Pedro y su hermano Andrés sabían que no todo lo que traía la red de las profundidades del mar era de gran valor; en muchas ocasiones resultaba frustrante la jornada, fracasaban, pero no por eso desistían… ¡NO! Por el contrario, siempre en sus corazones ardía la llama de la esperanza, la cual jamás se apagaba.  ¿Sabes por qué? Porque sabían que no todo estaba perdido, que aun cuando todo parecía un fracaso, para ellos era una experiencia de la cual aprenderían y posteriormente se levantarían en victoria. 
Cuando el Señor Jesús les llamó a ambos y les hizo una promesa al decirles que les haría pescadores de hombres, estaba parafraseando, ya que estos dos rudos trabajadores no entendían en ese momento a qué se refería el Maestro; sin embargo no dudaron en seguirle, porque sabían que Él les enseñaría una nueva forma de vivir la vida.
Todos, a lo largo de nuestra vida vamos coleccionando o guardando infinidad de cosas (en lo material) que muchas veces no sirven de nada. Únicamente son adornos que un día nos estorbarán; así sucede en el plano espiritual; estamos acostumbrados a llevar pesos falsos, o cargas o como le quieras llamar, que para lo único que sirven es para complicarnos la existencia; y esto la mayoría de las veces se manifiesta en el carácter, en la actitud, en la mirada o en la forma de responder a un saludo. Estas cargas lo único que provocan en el ser humano es frustración, ira, amargura, y pueden llegar a provocar enfermedades físicas y del alma, complementado con el rechazo de las personas, y provocando en uno un estado de aislamiento y soledad. Tal vez pensarás que estoy siendo demasiado trágico, pero es el momento de que hagas un análisis de tu persona y empieces a desechar lo que no te sirve, lo que te está impidiendo avanzar y alcanzar la meta o tu sueño.
Te invito a que levantes la mirada, que abras tu corazón y veas lo hermosa que es la vida. Que hay mucho por delante para conquistar, que una caída será dolorosa, pero ponte a pensar la gran experiencia que obtendrás y que más adelante te servirá para alcanzar el éxito. Recuerda esto:"los hombres de gran éxito alcanzaron éste en base a muchos fracasos"  pero, al igual que Pedro y Andrés, nunca se dieron por vencidos porque sabían que en la siguiente jornada estaría la gran bendición.
Este es el momento de que te preguntes con toda honestidad y te respondas igual:

¿DE QUE ESTÁ LLENA MI RED?

REFLEXION: “LAS PRESIONES EXTERNAS NOS PUEDEN CONQUISTAR SI NO ESTAMOS FORTALECIDOS INTERIORMENTE”

Que el Señor bendiga tu vida conforme a su infinita misericordia.
Victor Culebro

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