En este mundo todos somos útiles para hacer más livianas las cargas de los demás.
Gálatas 6:2
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Romanos 15:1
Así que, nosotros los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos.
Así que, nosotros los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos.
Romanos 14:1
Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones.
Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones.
1 Corintios 9:22
A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos.
A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos.
Filipenses 2:4
no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
1 Tesalonicenses 5:14
Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos.
Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos.
“Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo” Gálatas 6:2.
Dios quiere que hoy soporte las cargas de otros. Pacientemente, el Señor quiere que corrija con amor los fallos de otros y en esa paciencia esperar mientras soporto esas faltas. Y en esa actitud Dios forjará mi paciencia para que abunde más y más, por lo tanto hoy necesito orar más para que el Señor me dé esa serenidad que necesito para tal labor.
Sé que mi deber es amonestar una y otra vez a mi hermano cuando vea que falla, pero si después de hacerlo el hermano no enmienda su falta, en lugar de impacientarme, necesito llevar esa carga al altar del Señor y dejar que Dios trate de una manera directa con él. Quiero soportar las faltas de los otros con paciencia, porque yo también tengo faltas ya que aún no soy perfecto. Pero Dios me hará perfecto.
Sé que hoy necesito reflexionar sobre el hecho de que si yo mismo no he logrado ser lo que desearía ser, ¿cómo puedo exigirle a los demás que sean como yo quiero que ellos sean?
Muchas veces yo he querido que los demás sean perfectos cuando aún no he corregido mis propias fallos. A veces la libertad de otros me desagrada cuando yo mismo no me negaría esa libertad si me llegara. A veces quiero poner límites en los otros cuando yo mismo quiero vivir sin límites.
Si el Señor en su palabra me dice que soporte las cargas de los otros es porque Él sabe que puedo y en esa confianza quiero moverme hoy.
Ningún hombre es suficiente por sí mismo, ni sabio en sí mismo. Solo en el Señor tenemos la suficiencia y la sabiduría, por ello es que hoy primero necesito al Señor y luego necesito de los demás.
Necesitamos apoyarnos los unos a los otros, consolarnos los unos a los otros, ayudarnos mutuamente, y aconsejarnos los unos a los otros, y así fortalecernos en medio de la adversidad, porque la adversidad no debilita al hombre sino que le muestra tal como es. Es en los momentos de debilidad, en la lucha contra la adversidad y en las faltas cuando necesitamos al hermano, y hoy quiero ser uno de los que está dispuesto a soportar las cargas de los demás.
Señor, a veces he juzgado al que me ha fallado y me he retirado de él y no he querido llevar su carga, pero hoy encuentro que es necesario aprender a soportar las cargas de él así como Tú has soportado mis cargas y mis fallos. Quiero extenderme hacia los demás con una nueva actitud y sé que en esto Tú me ayudarás y me sostendrás. Amén
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