Dios no me es un extraño y creo que tampoco lo soy para Él en este momento. Aunque soy judío y mi esposa, católica, la fe y Dios, vistas desde perspectivas diferentes, residen en nosotros y nuestra familia.
Escuchamos la frase: “lo que no nos mata, nos fortalece”. He descubierto que es cierta, muy cierta. Pero también creo en la filosofía de que no somos definidos por lo que nos pasa, sino por lo que hacemos cuando nos pasan cosas. Y en estos últimos años nos han pasado un montón de cosas negativas.
Algunos amigos piensan que nos han ocurrido más cosas malas que nuestra porción, pero no pienso que las cosas malas tengan una “porción”. Son eventos que ocurren como resultado de la conjugación de factores, algunos más allá de nuestro control o conocimiento.
También soy un fiel creyente en las leyes de las consecuencias no planeadas, que una acción pone en movimiento cosas que son bastante inesperadas, a veces positivas y a veces, no.
Así que, al meditar sobre la pregunta de qué me motiva y buscar una respuesta, presto atención en que simplemente me niego a ser derrotado.
No voy a permitirle a la vida o a los eventos desmoronarme al punto en que no pueda ser yo mismo o simplemente dejar de serlo.
En 2008 batallé contra tres tipos de cáncer, tuve cuatro cirugías de cáncer, la empresa en la que trabajaba cerró sin previo aviso (y no me pagó ningún tipo de liquidación), mi esposa estuvo involucrada en un horrible accidente automovilístico a la vez que fue despedida de su empresa en vías de reducción de personal, la economía devastó nuestros ahorros de toda una vida… y eso tan sólo para comenzar.
También perdimos a dos miembros de la familia y a mi mejor amigo por casi 35 años, el último de mis allegados que esperaba que muriese. Pero una enfermedad le agarró 9 años antes y tomó ese tiempo para llevárselo.
Este pensamiento es la reflexión de un hombre que habiendo sido expuesto a un sinnúmero de situaciones adversas se pregunta cuál es su motivación en la vida. Si bien algunos pudieran pensar que se trata de una versión más de la crisis de la vida media masculina, la verdad es que debemos mirar un poco más allá a ciertas conclusiones que vale la pena revisar. Creo que tarde o temprano todos necesitaremos afrontar, si bien no exactamente de la misma manera que el pensamiento de antes, situaciones que ayudarán a redefinir nuestras metas y motivaciones. Espero que les agrade y que, más aún, les lleve a pensar sobre sus motivaciones. Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.
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