El padre del niño le echó un vistazo a su reloj y vió que eran las 10:00 p.m., justo dos horas antes del comienzo oficial de la temporada de róbalo.
Hijo, vas a tener que echarlo al agua – dijo el padre.
El protestó diciendo :
Pero nunca lograremos atrapar otro pez tan grande como éste.
Pero nunca lograremos atrapar otro pez tan grande como éste.
Miró a su alrededor y vió que nadie más estaba en el agua para observar la situación, pero por el tono de su padre, él sabía que no era un asunto que podía discutirse. Cuidadosamente quitó el anzuelo de la boca del pez y con mucha delicadeza lo devolvió al agua.
El niño estaba en lo cierto, nunca ha vuelto a pescar un róbalo tan grande, pero lo que sí recuerda es la lección que su padre le enseñó aquella noche :
LO CORRECTO HAY QUE HACERLO NO SÓLO CUANDO ALGUIEN TE ESTE MIRANDO.
Los ojos de Dios están en todo lugar, mirando a los buenos y a los malos. Proverbios 15:3.
Hacer lo correcto siempre tiene su mérito y su recompensa. Por lo general no es instantáneo, pero el alivio momentáneo de la solución fácil no es nada si se le compara con el gozo eterno de haber tomado la decisión correcta.
Deuteronomio 6:18
Y harás lo que es justo y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró que daría a tus padres.
Deuteronomio 4:40
Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para siempre.
Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para siempre.
Deuteronomio 6:19
Echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha dicho.
Echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha dicho.
Isaías 38:3
Y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente.
Y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente.
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