jueves, 5 de julio de 2012

Al otro lado de la cerca-Al otro lado de la puerta

Al Otro Lado De La Cerca
Bob se nos unió justo antes de la Navidad de 2010.  Era un gato callejero que vivía fuera de la oficina donde trabajaba Ginny. Ella y sus compañeros le alimentaron a él y a los demás gatos callejeros.  El clima se tornó frío y Ginny perdió su empleo pero dijo: “¡No le voy a abandonar! ”

Bob vino a casa en Navidad.
Cuatro meses más tarde, Bob seguía con nosotros.  Le llevamos al veterinario y le pusieron sus vacunas.  Pronto será castrado.  Mientras tanto, debido a que Bob no se lleva bien con nuestro gato, vive en la cochera por la noche y en el jardín durante el día.

 Me rompe el corazón porque es un gato amoroso que necesita un hogar.
Esperamos hallarle uno, pero si no, no le abandonaremos.

 Pocas semanas después de que nuestro hogar se convirtiese en el suyo, Bob desapareció. Nuestro patio trasero, rodeado de una cerca de 2 metros de alto, estaba vacío. Le buscamos y llamamos pero no le hallamos por ningún lado… Bob se había ido.
Nos preocupamos; no era nuestro gato pero éramos su familia adoptiva.  Hasta que le tuviéramos para él un hogar definitivo, nos sentíamos responsables. Me fui a la cama preocupada… ¿a dónde se habrá ido?  A la mañana siguiente, le hayamos durmiendo acurrucado en una silla del portal.  Me saludó con un “¡meow!” y corrió hacia la puerta de la cochera y a su comida.
Ginny y yo revisamos la cerca.  No había agujeros lo suficientemente grandes por los cuales pudiese haberse escabullido.  ¿Dónde había ido? ¿cómo había salido?
La respuesta nos vino dos noches después. Una vez más el patio quedó vacío; Bob se había ido.  Le llamé, oí un arañazo y le observé trepar la cerca y saltar de vuelta al patio. Estaba asombrado.

 Bob exploró nuestro patio y afrontó una pared doce veces más alta que él.  ¿Le detuvo eso?  ¡No!  Bob sabía que había más en la vida.
¿Permitió Bob que la cerca le restringiera?  ¡No!  ¿Observó Bob alrededor y al ver las paredes restrictivas, ¿se sentó y lloró?  ¡No! 

Bob miró la pared y pensó que debería escalar más y mejor; tuvo fe y dio un salto al futuro.

 Perdí mi empleo y Ginny perdió el suyo.
Una cerca de desesperación nos rodea.  La observamos y queremos sentarnos y aceptar nuestro destino pero sabemos que eso no estaría bien.  Queremos seguir el ejemplo de Bob; necesitamos saltar la cerca.  Bob comprendió que había más oportunidades al otro lado.
Michael T. Smith

La historia nos permite examinar y aún seguir el ejemplo de un gato callejero que enseñó a sus amos temporales el impacto de una actitud positiva ante circunstancias adversas y aparentemente insuperables.  Claro está que mucho de la aplicación de la historia es netamente especulativa por parte del autor, pero no deja de tener un tono de verdad en el fondo.
Si los animales de la creación pueden afrontar tales situaciones y buscar alternativas mejores, ¿por qué no habríamos nosotros de poder hacerlo también, siendo, como somos, “corona” de la creación divina?  Creo que es tiempo de mirar más arriba, hacia nuestro Salvador, y decidir creer que Sus bendiciones y misericordias son nuevas cada mañana…lo que garantiza un futuro lleno de desafíos y nueva esperanza.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Al Otro Lado de la Puerta
Un hombre enfermo se dirigió a su médico mientras se preparaba para dejar el consultorio y le dijo: “Doctor, tengo miedo de morir. Dígame, ¿qué hay del otro lado?”
Muy tranquilamente el médico le contestó: “No lo sé”
“¿Usted no sabe? Usted, un cristiano, ¿no sabe lo que hay del otro lado?”
El médico tenía su mano en la manivela de la puerta; del otro lado se oyó un ruido de rasguños y lloriqueo y, al abrir la puerta, un perro entró apresuradamente en el cuarto y le saltó encima con una evidente manifestación de alegría.
Vollteándose al paciente el médico dijo: “¿Observó a mi perro? Nunca había estado en este cuarto antes. Él no sabía lo que había aquí dentro. No sabía nada más que su amo estaba aquí y, cuando se abrió la puerta, dio un salto hacia adentro sin temor alguno. Conozco muy poco de lo que hay del otro lado de la muerte, pero sé una cosa… sé que mi Señor está allí y eso es suficiente”

La seguridad del cristiano está en el Señor en quién él o ella creen. Aunque el paso más alla nos produzca muchas interrogantes, la seguridad de que Dios está al otro lado de la puerta, nos reafirma. No esperes mucho para entrar en contacto con Él. Vale la pena vivir sabiendo quién está al otro lado de la puerta.
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros.
Y conocéis el camino adonde voy. Juan 14:1-4

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