Hay que ver su rostro de felicidad cuando mi esposo le informa cuándo será el día. Y aunque apenas cuenta con 5 años, no olvida ni por un instante cuantas noches faltan para llegar al día de hombres. Sonará extraño esta propuesta, pero es muy importante el tiempo que como papás le podamos dedicar a nuestros hijos individualmente.
Sé que no somos la única familia que realiza esto, pero si una de las pocas. A mi esposo le surgió la idea de pasar una noche de hombres con Jonathan conversando un día sobre su infancia. Él recordó como su papá sacaba una hora de su tiempo a la semana para cada hijo y hacía con cada uno lo que querían. Fue tan importante este acto en la vida de mi esposo que decidió continuar con la tradición, y ha tenido un 101% de aceptación.
Necesitamos poder pasar tiempo a solas con cada hijo, no solamente los papás, sino las mamás también. Mi suegra recuerda que ella también sacaba una hora a la semana para dedicarla a cada hijo, pero en el caso de nosotras, las mamás, al pasar más tiempo con ellos, no lo sienten tanto como el tiempo dedicado por los papás. Y es que la figura paterna es de suma importancia en el crecimiento de los niños y las niñas.
En nuestro mundo tan apretado, mamá siempre hace todo y los niños siempre están con ella, y algunos papás han llegado a la errónea conclusión que la educación y responsabilidad de los niños depende de las madres, cuando es un papel que se debe compartir para lograr éxito en la educación y crecimiento de nuestros hijos.
Hay un programa de televisión que se llama Nanny 911, o Niñera S.O.S, y es uno de los mejores programas que he podido ver sobre la familia. Durante la hora que dura el show, una niñera británica experta auxilia a una familia al borde del desastre. Lo más interesante del programa, es que casi el 100% de las veces son los padres y las madres los culpables de las conductas de los hijos y de las hijas. Y aunque uno crea que uno no está tan mal en lo que se refiere a la educación de los hijos, podemos analizar si hemos caído en una rutina destructiva para la familia en general, y aprender técnicas para poder disciplinar y enseñar con amor a los pequeños y para poder respetar y valorar al cónyuge.
Al dedicar este tiempo especial al hijo o a la hija, estamos creando un gran puente de comunicación y fortaleciendo a la familia, y sobre todo lo vamos a apreciar cuando lleguemos a la etapa de la adolescencia. La mayoría de los adolescentes se quejan del poco tiempo y atención que les brindan sus padres, desencadenando problemas para llamar dicha atención.
¡Así que depende de usted!
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