jueves, 7 de junio de 2012

Perfil de una gran persona (aprendamos, pues)


Éste es el perfil de una gran persona.
Mantiene su modo de pensar independientemente de la opinión pública.
Es tranquilo, paciente; ni grita, ni se desespera.
Piensa con claridad, habla con inteligencia, vive con sencillez.
Es del futuro, no del pasado.
Siempre tiene tiempo.
No desprecia a ningún ser humano.
Capta la impresión de los vastos silencios de la naturaleza: el cielo, el océano, el desierto.
No siente vanidad. Como no busca alabanza, no se le puede ofender. Siempre tiene más de lo que cree que merece.
Está siempre dispuesto a aprender, aunque sea de los niños.
Trabaja por el placer del trabajo no por la recompensa material.
Vive cierto aislamiento espiritual a donde no llega ni la alabanza ni la censura. Sin embargo, su aislamiento no es frío: ama, sufre, piensa, comprende.
Lo que usted tiene, dinero o posición social, no significa nada para él.
Le importa sólo lo que es usted.
Cambia su opinión fácilmente en cuanto ve su error.
No respeta la consistencia venerada por los espíritus pequeños.
Respeta sólo la verdad.
Tiene mente de adulto y corazón de niño.
Se conoce a sí mismo tal cual es y conoce a Dios.
No se conforme con ser una persona mas. Sea uno grande. La grandeza no se compra, se obtiene con un corazón pequeño ante Dios.
Genésis 12:2  Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Mateo 20:26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor.

El evangelio es buena noticia de Dios para el hombre y las cosas que me sucederán en este día. Sin duda, tendrán una oportunidad para compartir ese mensaje con el necesitado. Cuando entiendo esta verdad, entonces ya no estaré preocupado por lo que me ha de pasar, mas al contrario veré oportunidades que son preciosas para mí y para otros.
Ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,  2 Timoteo 1:10.

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