domingo, 10 de junio de 2012

Espíritu de Dios- Reflexiones con vídeo-El Espíritu de Dios me transforma

Espíritu Santo de Dios

Quiero sentir tu gloria en mí

Soplo de Dios, fuente de amor

Quiero vivir rodeado de ti

Espíritu Santo de Dios

Quiero sentir tu gloria en mí

Soplo de Dios, fuente de amor

Quiero vivir rodeado de ti

Tu gracia llene hoy mi ser

Bautízame con tu poder

Aliento de vida presencia divina

Anhelo más que ayer tu unción

Satúrame con tu amor
Santo Espíritu de Dios
Soplo de Dios


El Espíritu de Dios me transforma
“Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre”   I Samuel 10:6.
No puedo decir que este es otro día igual que los demás. No puedo decir que seguiré siendo el mismo de cada día sin ninguna sombra de cambio en mi existencia.
No puedo decir que no hay esperanzas, porque cada día es una oportunidad no sólo para vivir, sino para cambiar. No es un cambio humanista enraizado en los propósitos humanos de buena voluntad.
Es un cambio que descansa en el Señor, en el poder de su Espíritu. Porque Dios existe es que hay oportunidades para volver a empezar y empezar con los ojos puestos en el autor y consumidor de nuestra fe.
Cuando Saúl fue escogido por Dios como Rey de Israel, el profeta de Dios el día que lo ungió dijo estas solemnes y prometedores palabras: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre”.
Qué solemnes palabras. La promesa de que el Espíritu del Señor vendría sobre él con poder. Esta promesa para nosotros variaría un poco, porque ya el Espíritu de Dios ha vendido y mora en nosotros, pero sí sigue siendo el Espíritu de poder.
La persona del Espíritu no solo mora en mí y tiene el mismo poder, sino que ese Espíritu puede cambiarnos y está cambiándonos día a día.
No tenemos por qué seguir siendo los mismos. Lo que necesitamos es dejarnos moldear por el Espíritu de poder y ser transformados así de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor.
Hoy me dejaré moldear por el Espíritu y seré cambiado según el plan y propósito divino. Enfrentaré la vida consciente de quien soy y seré una nueva criatura. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas.
Padre celestial, lleno de gracia y amor, cuán grande eres Tú. Digno de ser grandemente alabado. Tú me hiciste y me has comprado con la preciosa sangre de tu hijo. Hoy te alabo por quien Tú eres y por tu gran misericordia.
Hoy sé que tu amor, bondad, ternura y cariño me renovará en este día. Espíritu Santo, Tú que moras en mí, ilumíname y fortaléceme en mi camino. Transfórmame según el puro afecto de tu voluntad. Haz de mi corazón un corazón nuevo cada día .
Permite hoy que mi sonrisa, las palabras sinceras y mis hechos puedan tocar a alguien sufriente y ese toque sea la puerta de entrada para que Tú, Espíritu Santo, los renueves a ellos. En el nombre de Jesús.
Amen.

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