Dios puede hacer muchas cosas por ti, por ayudarte, pero depende mucho de tu actitud hacer que eso suceda. Estás pidiendo la ayuda de Dios, pero… ¿estás haciendo lo que a ti te corresponde?
Dios siempre está interesado y dispuesto en ayudarnos, tiene un gran deseo por llevarnos a ver cumplido cada uno de nuestros sueños y más grandes metas, pero eso no quiere decir que no tengamos que hacer nada, sino más bien, que en la medida que sea nuestro deseo o petición, así debe ser la medida de nuestro esfuerzo y disposición por hacer lo que esté en nuestras manos.
Dios es esa fuente de agua viva de la que tanto deseamos beber, pero la fuente no viene al sediento, sino que el sediento se acerca a la fuente. Dios quiere ayudarte y escucha todas tus peticiones y necesidades, pero no puedes cruzarte de brazos, debes luchar, teniendo la seguridad de que Dios es tu ayuda y te dará fuerzas para hacerlo.