La semana pasada vi a Antonio, quien fuese mi compañero en la secundaria. Antonio tiene un caso severo de parálisis cerebral, se encuentra discapacitado en una silla de ruedas. Bueno, gracias a Dios su mente está lúcida. Tenía muchos problemas moviéndose de una clase a otra. Y además, nuestro colegio era muy antiguo, con muchos pisos y muchas escaleras.
Habían pasado casi treinta años desde la última vez que lo vi y… nada ha cambiado, es todavía el mismo. Siempre tan lúcido como entonces, con la misma sonrisa vibrante en el rostro. Y parecía acomodarse a las circunstancias ya que lo estaban subiendo a un coche cuando lo vi.
Cuando voy en carretera montando en bicicleta o practicando otro deporte, pienso en gente como él. Pienso en lo afortunados que somos en tener salud y poder usar nuestros cuerpos convenientemente. Estos fallan cuando no los usamos, o cuando no comemos adecuadamente.
Por contra, el ejercicio mejora nuestro estado anímico; la actividad física estimula ciertos aditivos en el cerebro que nos hacen sentir más felices y relajados que antes de ejercitarnos. También nos veremos y sentiremos mejor cuando nos ejercitamos regularmente, porque así seguramente aumenta nuestra confianza y mejora nuestra autoestima.
La actividad física regular puede además, ayudar a prevenir la depresión, y el ejercicio combate las enfermedades crónicas. Y puede ayudarnos también, a prevenir o manejar la hipertensión y disminuir la acumulación de placa en las arterias.
La actividad física regular puede además, ayudar a prevenir la depresión, y el ejercicio combate las enfermedades crónicas. Y puede ayudarnos también, a prevenir o manejar la hipertensión y disminuir la acumulación de placa en las arterias.