lunes, 6 de mayo de 2013

En el Espíritu de Dios está lo que necesitas - Devocional - Vídeo

en el espiritu de Dios
“¿Alguien tiene sed? Venga y beba, ¡aunque no tenga dinero! Vengan, tomen vino o leche, ¡es todo gratis! ¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza? ¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida. Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida.”
Isaías 55:1-3  Nueva Traducción Viviente (NTV)
La invitación es sencilla, todo el que quiera ser saciado vaya a DIOS y beba. Sea lo que sea lo que necesite, Su presencia le saciará. Sólo Él tiene la vida, Él es la vida.
El Espíritu de DIOS es suficiente para librarte de cualquier aflicción que estés viviendo. Él es la salvación, el poder, el perdón de pecados, la santidad, la alegría, la protección, la sanidad, el yugo fácil, la provisión, la promoción; en fin, todo lo que puedas necesitar, sólo tienes que creerlo.
Mejor que cualquier medicamento es el Espíritu de DIOS, sólo Él quita de raíz la ansiedad, Él echa fuera la depresión y restaura sin calmantes el dormir. El Espíritu de DIOS revierte para bienestar de los suyos, diagnósticos médicos adversos. Por medio de Sus palabras los huesos secos reviven, los muertos en vida reciben un nuevo comienzo. El Espíritu de DIOS trae alegría a aquellos que son oprimidos por sus cargas. Él lleva luz a todo aquel que esté atrapado en las tinieblas y le lleva de vuelta a casa.

Recuperando la esperanza - Devocional

“¡Qué torpes son ustedes, les dijo, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!”
Lucas 24:25 (Nueva Versión Internacional).
Después de la crucifixión de Jesús, los discípulos se desanimaron. Ellos esperaban que el Mesías les redimiera del yugo del imperio romano, pero DIOS tenía un plan distinto: redimir al mundo entero del pecado. Al no recibir lo que esperaban, sus corazones se atrofiaron. Sin importarles el testimonio de resurrección que escucharon y las palabras que el mismo Señor les había hablado, decidieron quedarse sin esperanza. La desesperanza ocurre cuando se busca en el lugar equivocado. Como no ocurrió lo que esperaban sus oídos espirituales, se taparon y su vista se nubló. Y al ocurrirles esto, ellos perdieron gozarse plenamente con Jesús en Su resurrección. Igual que muchos creyentes, que escogen no mirar todas las bendiciones a su alrededor cuando no reciben lo que esperan.
El SEÑOR revela en las Escrituras que los pensamientos del creyente no se parecen en tamaño a los suyos, y que Sus caminos son más altos (Isaías 55:9). Por lo que, en muchas ocasiones existirá discrepancia entre el resultado que el creyente espera y lo que DIOS hace. Y esto puede ocasionar que el corazón del creyente se dañe y deje de tener esperanza. No obstante, si no existe esperanza tampoco se tendrá una fe firme.
Si al igual que los discípulos has perdido la esperanza y te es difícil escuchar a Jesús a pesar de tenerle junto a ti, es momento de que te reincorpores al camino y reconozcas todo lo que Jesús ya ha hecho.

No endurezcas tu corazón, sino deposita de nuevo tu esperanza y fe en Jesucristo, que ciertamente jamás te fallará.

Por encima de las probabilidades - Mensaje - Vídeo


Las probabilidades son una especie de medición numérica que nos dice si hay alguna posibilidad de que un evento ocurra. 
En respuestas o cosas que esperamos que sucedan, normalmente nos fijamos mucho en las probabilidades, en lo que dicen los demás acerca de lo que esperamos que ocurra, en lo que puede influir o hacer que sea posible o no. Y por alguna razón, cuando estamos esperando algo que hemos pedido a Dios, en nuestra espera, acostumbramos a tomar en cuenta las probabilidades de que nos responda, o de que pueda hacer algo; es decir, a veces, sin ser nuestra intención, terminamos midiendo la capacidad de Dios para ayudarnos a salir de nuestra dificultad.

Estar en medio de circunstancias complicadas nos hace ver lo difícil y complicado que es salir de ellas; escuchamos opiniones de personas que no lo han podido hacer o que no han recibido lo que esperaban, y nuestras probabilidades parecen disminuir, ya que a veces comparamos nuestra situación con la de las demás personas, sin tener en cuenta que nuestras probabilidades no son, para nada, similares a las de ellos, pues el hecho de poder contar con la ayuda de Dios las aumenta a un 100%, porque para Dios no hay NADA imposible. Lucas 1:37 (NVI).

Mi Refugio - Reflexión - El Señor Es Mi Refugio

Mi Refugio

Ir a buscar comida al fiado nunca fue, ni será jamás, algo cómodo. Al contrario, en algunos casos despierta vergüenza. Al fin y al cabo se trata de un favor.
–Lo siento, don Aníbal. Ya tiene una cuenta bastante grande y, perdóneme la franqueza, no veo que consiga trabajo, le dijo el propietario del negocio.
Reflexiones Crisis–Pero lo he intentado, repuso el hombre.
–No lo dudo, don Aníbal, pero sé que me comprenderá. Son negocios. No puedo dejarme mover por el corazón…, y le dio la espalda para atender a un cliente que llegaba.
Aquel día, Anibal razonó que cuando no hay solidez económica, cuando menguan los recursos, todos quieren hacerse a un lado. Es como si dijeran: “No queremos estar junto a los fracasados”.
Llegó a su casa dispuesto a seguir adelante. No podía darse el lujo de contagiar a su familia con el desánimo. Prometió ir en “busca de algo”. Y aunque arrastraba los pies con desgana, reemprendió la tarea de buscar trabajo.
Le embargaba la firme convicción, aunque llevaba tres semanas en la misma tarea, de que Dios le socorrería. Y la respuesta se produjo. Consiguió trabajo en un taller de mecánica. Lavaba repuestos con gasolina. Poco a poco pudo ponerse económicamente al día, saldando la totalidad de las deudas.
Los problemas amenazan con robarnos la paz. Sin embargo, cuando depositamos la confianza en Aquél que todo lo puede, logramos salir de la crisis. No permita que le embargue la desesperación. Busque una salida. Está en Dios. Él está con nosotros. Nos extiende su mano brindando la ayuda que necesitamos.
Salmo 31:1
“En ti Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. Inclina a mí tu oído y acude pronto a socorrerme. Sé tu mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación”


El Señor Es Mi Refugio
“Mi refugio eres tú en el día malo”  Jeremías 17:17
La trayectoria del cristiano no siempre es nítida como el sol, el cristiano también tiene sus épocas de oscuridad y de tormenta.  Es cierto que la palabra de Dios dice que sus caminos son agradables y que todas sus trayectorias son de paz, esto es una gran verdad.
El cristianismo ofrece felicidad al hombre mientras camina por las calles de polvo, y plenitud total para cuando camine por las calles de oro. Sin embargo, la misma palabra de Dios nos muestra que el camino del justo es como la luz del aurora, que va en aumento hasta que al fin es perfecta.  Queriendo decir, que mientras llega ese medio día perfecto, todavía encontraremos algunas sombras.
Hay períodos en nuestra vida en los que el sol aparece y otros, cuando comienza a desaparecer de nuestro sendero y ciertas nubes comienzan a arremolinarse sobre nuestras cabezas;  hay momentos cuando nos regocijamos en la presencia de Dios, pero otras veces parece que ni le vemos ni le sentimos.  A veces los días parecen indicados para tomar sol y otros días parece que el frío intenso penetra hasta nuestros huesos.
Hay días cuando parece que Él me lleva por delicados pastos y me hace descansar junto a aguas de reposo, pero hay otros en que parece que me lleva por el valle de la sombra de la muerte. A veces me siento extasiado mirando el hermoso cielo azul y otras veces mi mirada se coloca en el desierto seco y arenoso.
A veces disfruto del agua dulce y cristalina y otras veces me veo tomando las aguas amargas de la vida, y en un suave murmullo protesto diciendo, "si realmente fuera un hijo de Dios, esto jamás me sucedería", mas hoy reflexiono en que Dios no me ha prometido sólo días claros y aguas dulces, su promesa es que es Refugio en los días malos  y eso me hace descansar.
Los mejores santos han bebido del agua amarga.  Los más estimados hijos de Dios han cargado en algún momento la cruz.  Ningún cristiano ha disfrutado de la prosperidad perpetua, ningún creyente ha tocado todo el tiempo el arpa bajo los sauces.
Lo que Dios ha estado trabajando en mí fuertemente, es mi madurez; y la madurez se adquiere en los climas templados y las experiencias duras de la vida. Sé que para ejercitar mi fe y confianza necesito aceptar los vientos y las tempestades como herramientas de Dios, y mientras Él trabaja con estas herramientas, Él es mi refugio en los días malos.
Señor, Gracias por ser mi refugio y mi fortaleza, mi castillo y mi Salvador.  Aunque los días malos lleguen yo en ti estaré confiado, porque sólo Tú fortaleces mi fe y me formas usando las mejores herramientas, que en tus manos pasan de ser dolorosas a creadoras de fuerza y poder. Amén

¿Qué es lo que Realmente Quieres? - Autoestima - Vídeo

 “Si sabes qué quieres lo obtendrás y si no sabes qué quieres, cualquier cosa puedes tener, es tu elección”.
Todos esperan que se les diga lo que tienen que hacer, pero la gente se debe plantear y replantear su opinión, sus sentimientos y emociones respecto a lo que está pasando. Esta pregunta poderosa “¿qué es lo que realmente quieres?” te permite pensar y sentir.
Es probable que estés preocupado por tu futuro, que estés lleno de incertidumbres y comiences a dudar de ti mismo y de Dios. Tienes una situación que no aguantas y en la que empiezas a buscar responsables de tu estado anímico, y dices: es que mi cónyuge, mi mamá, mi papá, mi jefe, mi hermano, mi perro, dijo..., hizo..., no dijo..., no hizo.... En ocasiones es más fácil responsabilizar a otro y caer en el síndrome del “pobre de mí”, que comenzar a ver qué es lo que me está faltando para lograr la vida que tanto anhelo.
¿Qué es lo que realmente quieres? Es una pregunta del presente que me lleva al futuro. Cuando tú sabes lo que quieres de la vida, de tu pareja, de otros, vas a poder alcanzar lo que andas buscando, y si no lo sabes, nunca deberás confiar en recibirlo. Muchos sabemos lo que no queremos pero no sabemos lo que sí queremos.
¿Sabes en lo que te quieres convertir?
¿Sabes lo que quieres lograr en tu matrimonio? ¿Con tus hijos?
¿Sabes a qué te quieres dedicar?
¿Qué es lo que realmente quieres?
Recuerdan el pasaje donde Jesús le dice a Bartimeo: “¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.” Marcos 10:46-52. 


Podemos aprender de Bartimeo que sabía lo que quería, quería recobrar la vista. No se anduvo por las ramas a ver qué pasaba, él fue protagonista de su vida. Pidió lo que quería. "Pedir" es un acto de fe. Nadie pide algo si no cree que lo va a recibir. Si no pides es porque realmente no deseas recibir. Si quieres algo, debes pedírselo a Dios primeramente y confiar que Él responderá.
“Para lograr lo que deseas, es necesario primero saber qué quieres.”
Cuenta la historia que alguien encontró una vez una lámpara como la de Aladino y, por si acaso, la frotó. De inmediato apareció el genio y le dijo: “¡Pídeme tres deseos, y te los concederé!”. 

El hombre, que no tenía claros sus deseos más importantes, exclamó: “¡Espera un segundo! ¡dame tiempo! ¡déjame pensar!”. 

Un segundo más tarde, y sin haber recibido contestación, el genio dijo “:¡Concedidos!”, y desapareció para siempre, dejándole con todo el tiempo del mundo para pensar.