La vida cristiana se vive desde el principio hasta el final a través de la fe. Nadie puede llamarse cristiano si no existe en él, o ella, una fe que lo lleve a considerarse así.
La fe es indispensable para cada uno de nosotros, y si hablamos de fe, hablamos de confianza o seguridad, pues por fe creemos en Dios.
Pero cuando permitimos que la duda ocupe un lugar preferente en nuestra vida estamos dejando a un lado la fe, porque duda y fe no empatizan, sino todo lo contrario, son términos totalmente opuestos.
La Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6 (Reina-Valera 1960).
Dios puede y quiere hacer milagros en nuestra vida, pero para ello necesita que nosotros demos pasos de fe para poder ver concretados esos milagros.
En la Biblia encontramos diferentes hechos que sucedieron, y en cada uno de ellos vemos cómo esos hombres se atrevieron a dar pasos de fe, y como consecuencia vieron la mano poderosa de Dios actuar.
Porque realmente se necesita FE para poder dar pasos cuando el panorama es contrario, o cuando las circunstancias negativas nos quieren hacer dudar de que algo bueno puede suceder en medio de ellas.
Por ejemplo vemos en la Biblia a un Abraham que, siendo de avanzada edad y teniendo una esposa llamada Sara de avanzada edad también y estéril, dio pasos de fe creyendo la promesa de Dios de que le daría descendencia. (Génesis 15)También vemos en la Biblia a un Moisés obedeciendo a Dios, sacando a Israel de la esclavitud, parado frente al mar y siendo perseguido por el ejercito egipcio. Sin embargo Dios le ordena que levante la vara que llevaba consigo en dirección al mar, y al obedecerle, Moisés ve cómo este se abre en dos. Ahora los israelitas tenían que dar los pasos de fe, creyendo y confiando en Dios en que al a travesar ese camino seco en medio del mar, este no caería sobre ellos. La mayoría enfocamos la historia solo en el hecho de que el mar se abrió en dos, pero hay algo más: ¿Acaso no se necesitaba fe para caminar en medio de esas dos paredes de agua?; ¡por supuesto!, se necesitaba fe para creer que no morirían ahogados. Todo el que paso por allí tenia que tener fe, o sea: la parte de Dios es hacer el milagro (abrir el mar en dos), y la nuestra caminar por fe para que ese milagro sea completo. (Éxodo 14)
De la misma forma vemos a Josué y los muros de Jericó, también la historia de Noé construyendo un arca en donde nunca había llovido, la de Pedro caminando sobre las aguas dando pasos de fe, u otras historias que nos muestran que para ver un milagro completo se necesita dar pasos de fe.
¿A qué esperas para dar los pasos de fe que tengas que dar?
Quizás lleves meses o años esperando una “confirmación” del cielo para dar ese paso que Dios ya te dijo que dieras hace mucho tiempo. Dar pasos de fe es tener el valor de creerle a Dios que su promesa se cumplirá, pero para ello tienes que dar pasos de fe; creerle a Dios, tener valor para hacer lo que tengas que hacer. Dios te respaldará porque Él te lo prometió.
Es hora de caminar por fe, es hora de que des esos pasos de fe que tanto tiempo te ha llevado dar, es hora que confíes en Mí ciegamente porque Yo jamás te voy a defraudar. Recuerda que fui Yo quien te di esa promesa. ¿Y si el Señor es quien te lo dice, no cumplirá?, ¡Vamos, camina por fe!
Cuando la fe aparece, la duda desaparece, cuando el valor se hace presente, el temor escapa, cuando decidimos creerle a Dios, el enemigo tiembla, porque lo que Dios hará contigo es algo maravilloso y harás historia.
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