martes, 4 de agosto de 2020

La carne vs. El Espíritu

Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Desde el principio de la creación vemos que el bien y el mal se oponen entre sí, por el simple hecho de ser muy diferentes. Actualmente quizá no sea visible algo o alguien que represente, a la vista de todos, tanto el bien como el mal. Pero si analizamos esto dentro del ámbito espiritual, nos daremos cuenta de que hay dos puntos claves que caracterizan perfectamente a estos dos polos totalmente opuestos. El bien es representado por el ESPÍRITU y el mal es representado por la CARNE.

I. La batalla interna (Gálatas 5:17)

Carne vs espírituPorque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais.
La carne y el espíritu se oponen entre sí para que no hagamos lo que queramos, porque tanto el uno como el otro quieren que uno haga lo que ellos quieren; es obvio que sus deseos se oponen entre sí.
Uno como cristiano debiera siempre dejarse guiar por el Espíritu de Dios que está en nosotros, pues el ocuparse de Él es vida y paz. Por el contrario la carne lleva a la muerte; los que son de la carne piensan en las cosas de la carne y los que son del espíritu piensan en las cosas del espíritu.

II. No vivimos según la carne (Romanos 8:8-9)

...y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Nosotros los cristianos no vivimos según la carne (si es que el espíritu de Dios mora en nosotros). Tenemos que orar y velar ya que el espíritu está dispuesto a un área sobrenatural.
III. La carne es débil (Marcos 14:38)
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Pero hay que tener presente que la carne es débil y que si no somos capaces de dominar la carne, esta nos dominará y nos destruirá hasta llevarnos a la muerte, y nunca lograremos agradar a Dios.
Todos tenemos el libre albedrío de hacer o deshacer, de seguir o renunciar a todo, pero sobre toda cosa nos juzgará Dios.

Conclusión

Como fieles cristianos, tenemos que ser conscientes de que la carne es débil, y de que sin la acción de la oración diaria, nuestro espíritu se debilita y seremos un blanco fácil para el enemigo.
Todos tenemos una batalla interna, nuestro espíritu y los deseos de la carne, y esto es algo que puede afectarnos negativamente, y en ocasiones muchos caen en la batalla. Sin embargo, cuando mantenemos una línea de comunicación directa con Dios (la oración), Él nos fortalece en el espíritu, y es entonces cuando podemos superar las limitaciones de la carne.
Dios siempre habla con la misma intensidad. Si usted oye su voz más fuerte o más débil analice quién es el que se acercó o alejó de Él.


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