“Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?” Juan 11:40
Nuestro Señor Jesús habló estas palabras a una enlutada y triste Marta ante la tumba de Lázaro. Jesús ya le había dicho que su hermano resucitaría, y ella contestó: “Yo sé que él volverá a vivir cuando sea la resurrección, en el día final” (verso 24). Después que el Señor Jesús mandara quitar la piedra de la entrada de la tumba, Marta dice: “Señor, hiede ya porque lleva cuatro días” (verso 39). Su fe era para el futuro.
Comprendido Marta. Todas las evidencias apuntan a algo que ya está consumado, finalizado. No hay nada más que hacer, sino esperar algo mejor en el futuro. Ante los hechos, ¿qué podemos hacer? Pero nosotros conocemos el final de esta historia, Lázaro vuelve a la vida por la Palabra de Jesús. Lo cual nos muestra que ni las evidencias, ni los hechos, ni siquiera la lógica, es suficiente para impedir que el Señor haga lo que quiere.
La fe es también para hoy y no solamente para el futuro. Puede que las evidencias digan que tu situación no cambiará, o que las cosas ya están decididas y que no hay más salida. Pero no te desanimes, cree en el Señor y verás la gloria de Dios. No siempre veremos lo que queremos, pero siempre veremos lo mejor de Dios para nosotros. ¿Si hoy no conseguimos creer en Dios, cuando llegue el futuro le creeremos?
No desistas de orar y clamar delante de tu Dios, a pesar de las evidencias. Confía en Él con todo tu corazón. Pero hazlo apasionadamente. No juegues con eso. No hay otra manifestación de fe más grande que confiar en la voluntad perfecta del Señor, pero eso solo se logra después de una búsqueda apasionada de Él. Así podrás conocer su voluntad y someterte a ella.
¿Cuáles son los temas que tienes que presentar en fe delante del Señor? ¿Qué te cuesta creer? ¿Cuáles son los paradigmas mentales que tienes que cambiar y que te impiden creer de verdad en el Señor? ¡Tu fe es para hoy!
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