El primer amor que experimentamos es el…
FILEO (FRATERNAL)
Es el amor fraterno, incluyendo amistad y afecto. Es querer, apoyar, soportar a alguien. Es lo que uno siente hacia una persona por amistad, similitudes, gustos. También amor de familia, hermanos, hijos.
Fuimos como una madre con sus hijos…» 1 Tesalonicenses 2:7
Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor. 1 Corintios 4:17
Más bien te ruego por amor… Filemón 1:9
Es el tipo de amor que debemos desarrollar con todos nuestros semejantes. En la iglesia se forma un vínculo familiar, similar al que tenemos en casa, por eso nos llamamos hermanos.
El segundo amor se da en la adolescencia o adultez…
EROS (AMOR DE PAREJA)
Este amor es el romántico, que desea, que busca satisfacción sexual. Dios lo ha hecho de manera que haya un fuerte deseo físico del uno por el otro, expresado en el deleite de vivir mutuamente su sexualidad.
Es el amor que debe darse dentro del matrimonio, junto con el amor fileo y el amor ágape (descrito a continuación). Los 3 amores son necesarios dentro del matrimonio, porque este requiere una entrega total: compromiso, fidelidad, y amor sobrenatural. Si uno se casa basado en este amor solamente, ese matrimonio está destinado al fracaso, pues no tiene buena base para soportar las tormentas (desacuerdos, conflictos) que trae la unión de 2 seres completamente distintos, los cuales deben adaptarse el uno al otro.
Un ejemplo bíblico es Salomón y la Sulamita en Cantar de los Cantares 7:6-9
Sigue el amor más sublime, el cual se experimenta cuando ya conocemos al Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador…
ÁGAPE (AMOR DE DIOS)
Proviene solo de Dios. Es el amor divino, sobrenatural, el más profundo. No depende de los sentimientos. Es un amor sacrificado; que da sin esperar nada a cambio.
Por ejemplo, cuando nosotros amamos a los que nos odian o injurian (Mateo 5:44).
Es como decir: “Sin importar lo que un hombre (santo o pecador) me haga, nunca procuraré perjudicarlo ni vengarme. Jamás buscaré para él otra cosa que no sea lo mejor.” Algo aparentemente imposible de hacer para el que no tiene a Cristo como Señor.
El amor ágape hace que el hombre pueda realizarse. No solo alcanza su corazón, sino también su mente y su voluntad. El verdadero amor nace de la voluntad y se convierte en sentimiento, no al revés. Y solo Dios ama sin ningún esfuerzo de voluntad porque Él es la esencia del amor (1 Juan 4:8).
Dios lo derrama en nuestro espíritu para poder amar lo imposible: a personas difíciles de amar humanamente. De esta forma, el mandamiento de amar no resulta gravoso, porque Dios pone a nuestra disposición la capacidad para ello.
El ejemplo máximo del amor ágape es Jesús yendo a la Cruz a morir por sus enemigos (Romanos 5:8).
El amor ágape es el amor que Dios desea que tengamos todos los cristianos, pues si lo tenemos facilitará el cumplir Sus mandamientos.
Ágape y fileo se deben dar en toda relación. Eros está solo reservado para el matrimonio.
¡Aprendamos a amar con rectitud de corazón!
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