En el Salmo 42:5, vemos al salmista desalentado. El desaliento destruye la esperanza, así que naturalmente el diablo trata de desalentarnos. Y sin esperanza nos rendimos, que es exactamente lo que el diablo quiere que hagamos.
La Biblia nos dice repetidamente que no nos desalentemos ni desmayemos. Dios sabe que no podremos ser victoriosos si estamos desalentados, así que nos anima a iniciar cada proyecto diciéndonos: “No nos desalentaremos”. Dios quiere que estemos con aliento, no desalentados.
Cuando el desaliento o la condenación traten de abrumarlo, lo primero que debe hacer es examinar su modo de pensar. ¿Qué clase de pensamientos ha estado teniendo? ¿Acaso sonaban como éstos?: “No podré hacerlo, es demasiado difícil. Yo siempre fracaso; siempre pasa lo mismo. No cambia nunca nada. Estoy seguro de que otras personas no tienen tantos problemas para renovar sus mentes. Será mejor que me rinda. Estoy cansado de intentarlo. Oro, pero parece que Dios no me oye. Probablemente Dios no responde a mis oraciones, porque está decepcionado por la manera en que actúo”.
Si estos ejemplos representan sus pensamientos, no se asombre de estar desalentado o sentirse condenado. Recuerde, usted se transforma en lo que piensa. Si tiene pensamientos desalentadores, terminará desalentado. Si tiene pensamientos condenatorios, vivirá bajo condenación. ¡Cambie sus pensamientos y libérese!
En lugar de pensar negativamente, piense algo como esto: "Bueno, las cosas van un poco lentas, pero, gracias a Dios, estoy haciendo algunos progresos. Me alegra saber que estoy en el camino que me conducirá a la libertad. Ayer, tuve un día agitado. Escogí pensamientos erróneos a lo largo de todo el día. Padre, perdóname y ayúdame a seguir adelante. Cometí un error, pero al menos es un error que no volveré a cometer otra vez. Éste es un nuevo día. Tú me amas, Señor. Tu misericordia es nueva cada mañana. Rehúso estar desalentado. Rehúso ser condenado. Padre, la Biblia dice que Tú no me condenas. Tú enviaste a Jesús a morir por mí. Voy a estar bien: hoy va a ser un gran día. Te pido que hoy me ayudes a elegir pensamientos correctos.
Seguro que usted ya puede sentir la victoria con este tipo de pensamientos positivos, alentadores, que agradan a Dios. ¡Practique hoy mismo este tipo de pensamientos!
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