Así que, ¿cómo podemos superar esos períodos de ausencia de gozo? Podemos ver cómo estos mismos personajes superaron sus momentos de depresión. Job dijo que, si oramos y recordamos nuestras bendiciones, Dios nos restaurará el gozo y la justicia (Job 33:26). David escribió que el estudio de la Palabra de Dios alegra el corazón (Salmo 19:8). David también descubrió, que era necesario alabar a Dios incluso en medio de la desesperación (Salmo 42:5). En el caso de Elías, Dios lo dejó descansar un tiempo y después envió a un hombre, Eliseo, para atenderlo (1 Reyes 19:19-21). Hasta nosotros en la actualidad, necesitamos amigos con quienes podamos compartir nuestras heridas y penas (Eclesiastés 4:9-12). Trata de compartir cómo te sientes con algún hermano en Cristo en quien tú confíes. Puede sorprenderte descubrir que él también ha estado batallando con algunas de las mismas cosas por las que estás pasando ahora.
Lo más importante es que, si inevitablemente moran dentro de nosotros nuestros problemas, nuestras heridas y especialmente nuestro pasado, éstos jamás producirán un verdadero gozo espiritual. Tampoco el gozo se encuentra en el materialismo, ni en la psicoterapia, y ciertamente tampoco se encuentra en la obsesión con nosotros mismos. Se encuentra en Cristo. Los que pertenecemos al Señor “… nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Filipenses 3:3). Conocer a Cristo conduce a tener un sentido apropiado de nosotros mismos, y un verdadero espiritualismo interior en Cristo, haciendo imposible el gloriarnos en nosotros mismos, en nuestra sabiduría, fortaleza, riquezas, o bondad; sino en Cristo, en Su sabiduría y fortaleza, en Sus riquezas y bondad, y en Su Persona solamente. Sumérgete en Él, en Su Palabra, y busca conocerlo más íntimamente. Si le permanecemos, Él ha prometido que “nuestro gozo será cumplido” (Juan 15:1-11).
Finalmente, recuerda que es solo a través del Espíritu Santo de Dios, como podemos encontrar el gozo verdadero No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente.(Salmo 51:11-12; (Gálatas 5:22; 1 Tesalonicenses 1:6). No podemos hacer nada, aparte del poder de Dios (2 Corintios 12:10, 13:4). En efecto, cuanto más tratemos de estar gozosos a través de nuestros propios recursos, más miserables podemos llegar a ser. Descansa en los brazos del Señor "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga".(Mateo 11:28-30) y busca Su rostro a través de la oración y la Escritura. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15:13)
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