miércoles, 9 de enero de 2019

Aunque mi padre y mi madre me dejaren

“Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová me recogerá”
Salmos 27:10
Hace unos días tuve la oportunidad de visitar con un grupo de compañeros un hogar de niñas adolescentes, y a decir verdad fue una experiencia inolvidable, pero me ha dejado muchas enseñanzas y reflexiones.
Fue hermoso el cariño devuelto por cada una de ellas, por cada abrazo nos devolvían 10, por cada caricia más aun, fue... conmovedor.
Y en esos momentos, comencé a sentir la necesidad de esas almas tan pequeñas e indefensas, su necesidad de amor, de cariño, de un simple abrazo, una caricia, incluso de un saludo. El dolor de sus vidas por ser abandonadas, olvidadas, maltratadas, corría por mis venas; sus miradas penetraban las mías, y lo único que deseaba era salvarlas de esa vida que solo la llenaban de más vacíos.
Conversamos con ellas, jugamos, nos reímos, pero en mi mente seguía esa palabra firme que traspasaba mi corazón: abandonadas.
Y ésta es la realidad que nos rodea, personas que viven en oscuridad, en tristeza, sin sentido, abandonadas,... y cuántas veces por nuestro egoísmo, por nuestro YO agigantándose cada vez más, dejamos de mirar a nuestro alrededor, ¡de mirar a aquellos ojos que tanto necesitan de Dios!
Abandonadas. Pero ante esta situación, Dios, mi Padre amado, me recordó su promesa tan cálida, tan eterna, tan reconfortante, que me dio fuerzas para hablar a estas niñas tan bellas, con una vida por delante: Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová ME RECOGERÁ.
Qué bellas cada una de estas palabras y qué llenas de vida están cuando parece que todo se oscurece. Qué bello es saber que a pesar del abandono de quien fuere en nuestras vidas, ahí está nuestro Padre dándonos la vida eterna, saciando nuestras almas, siendo la roca eterna de la cual nunca hemos de caer.
¡Qué esperanza tenemos en Él al apropiarnos de estas palabras!
Seguramente alguna vez te hayas sentido abandonada y tus fuerzas se hayan acabado, tus esperanzas se hayan terminado, y quizá hasta carecías de sentido, ¡pero anímate a apropiarte de cada una de esas palabras, aprópiate del Dios que no está muerto, que vive y quiere llenar tu vida, darte la oportunidad de sentirte amado, amada, viva, gozosa!
Yo me he sentido abandonada, pero en Él encontré la fuente de vida, el que sacia, el que me llena, en quien confío, quien me sostiene, quien me levanta como las águilas y hace que mis días sean nuevos.
¡Vamos! ¡Arriba! ¡Dios te da la oportunidad como a esas niñas de conocer el amor de nuestro Padre! ¡No desperdicies la oportunidad que Él te da, de levantarte en sus manos, caminar por ti, y darte una nueva vida en Él!

“Aunque yo esté afligido y necesitado, Jehová pensará en mí.”

Salmos 40.17

No hay comentarios:

Publicar un comentario