viernes, 27 de septiembre de 2019

Aún hay fuego en tu alma

Una poesía muy famosa dice: No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo. Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros, y destapar el cielo.
Resultado de imagen de aun hay fuego en tu alma aun hay vida en tus sueñosNo basta con desarraigar aquello que no te sirve, sino que además es necesario que plantes fe en ese lugar. El problema es que mucha gente se desprende de las cosas que no les sirven, pero como no plantan (en este caso una palabra de fe) en ese lugar donde estaba lo negativo, pues no crece nada positivo.
Por ejemplo, en el Salmo 3 David dijo que muchos eran sus enemigos, pero inmediatamente agregó: “Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria”. Salmo 3;3. En el Salmo 4 expresó que estaba angustiado, pero luego dijo: “Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría”. Por último, en el Salmo 5 le pidió a Dios que oyera su gemido, pero más adelante expresó: “Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo”.
Al igual que hizo David, planta fe y victoria cada vez que identifiques algo malo. Puedes decir: “Me va a ir mal en la vida” o “Me va a ir bien en la vida”.
Para que un árbol crezca hace falta que lo abones con estiércol, es decir, con todo lo malo que te dijeron y lo negativo que te ocurrió. Extrapolándolo a la vida, frente a una situación adversa puedes quedarte con el estiércol en la mano, o usarlo para abonar tu semilla de fe para que luego dé fruto. En otras palabras, decide si te vas a quedar con lo malo o si lo vas a transformar en algo bueno.
Dios está esperando que desarraigues lo que no te funciona, y que plantes una palabra de fe y digas: “El Señor está conmigo. Caerán miles y diez miles, pero a mí no me tocarán. Soy un hijo de Dios y como tengo un pacto de sangre con Él, todo lo que Él ganó en la cruz es mío por herencia. El enemigo no tiene arte ni parte en nada de lo que a mí me pertenece”. Cuando tengas esta actitud las aves van a volar y harán nido en tu árbol; en él se posarán la prosperidad, la alegría y la paz. No serán una ola momentánea ni un golpe de suerte, sino que vendrán para quedarse a vivir contigo.
Nunca juzgues tu fe. Y no critiques nunca los recursos que usaste; mantente firme, porque Dios está haciendo algo. Dios siempre está en control. Que nadie desaliente tu fe. Lo que decidas plantar será verdadero.
La poesía termina diciendo: No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
No te rindas, aun estás a tiempo

de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,

porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,

aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
Mario Benedetti

Porque cada día es un comienzo nuevo. ¡Porque ésta es tu hora y tu mejor momento!

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