Así lo hice, y aquel día aprendí. Aquel día comencé a aprender a depositar mi absoluta confianza en Dios. Cuando las cosas terrenales nos vienen mal dadas confiemos en Dios. Porque Él nunca abandona a sus siervos, nunca lo hace con sus hijos. En definitiva, nunca olvida o desampara a los que le quieren.
Aquel día comencé a comprender
que no somos nosotros quienes elegimos a Dios sino que es Él quien nos elige.
Nosotros le buscamos, sí, pero es Él quién nos distingue con su gracia y su
Espíritu. Aún no sabía el alcance global de esto, ahora sí.
Aquel día comencé a darme
cuenta de que mi vida iba a cambiar al estar Él conmigo y yo en Él.
Ahora considero que aquel día
debía haber pensado, como lo hago en la actualidad, que yo estaba siendo
elegido por Él. Gracias al Señor, muchas gracias de corazón, por eso, y gracias
a mi pastor, también, por haberme enseñado el camino. ¿Y qué pasa ahora? Que me
siento realmente feliz por ello. Me siento realmente afortunado al disfrutar
del privilegio de tener a Dios en mi vida. Siento que lo amo y que tengo toda
mi confianza depositada en Él. Siento que es mi roca y mi coraza eternas que no
pueden ser nunca, de ninguna
manera, asaltadas por mis enemigos. No
sabemos hasta qué punto llega la grandeza de Dios.
M.G.L.
Declaración
de confianza
Al músico principal. Salmo de David
31 En ti, Jehová, he confiado;
no sea yo confundido jamás.
¡Líbrame en tu justicia!
2 Inclina a mí tu oído,
líbrame pronto.
¡Sé tú mi roca fuerte
y la fortaleza para salvarme!
no sea yo confundido jamás.
¡Líbrame en tu justicia!
2 Inclina a mí tu oído,
líbrame pronto.
¡Sé tú mi roca fuerte
y la fortaleza para salvarme!
3 Tú eres mi roca y mi castillo;
por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 ¡Sácame de la red que me han tendido,
pues tú eres mi refugio!
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
tú me has redimido, Jehová, Dios de verdad.
por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 ¡Sácame de la red que me han tendido,
pues tú eres mi refugio!
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
tú me has redimido, Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en ídolos vanos;
mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
porque has visto mi aflicción,
has conocido las angustias de mi alma.
8 No me entregaste en manos del enemigo;
pusiste mis pies en lugar espacioso.
mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
porque has visto mi aflicción,
has conocido las angustias de mi alma.
8 No me entregaste en manos del enemigo;
pusiste mis pies en lugar espacioso.
9 Ten misericordia de mí, Jehová, porque estoy en angustia;
se han consumido de tristeza mis ojos,
también mi alma y mi cuerpo.
10 Mi vida se va gastando de dolor
y mis años de suspirar;
¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad
y mis huesos se consumen!
se han consumido de tristeza mis ojos,
también mi alma y mi cuerpo.
10 Mi vida se va gastando de dolor
y mis años de suspirar;
¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad
y mis huesos se consumen!
11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
y de mis vecinos mucho más;
soy el horror de mis conocidos.
¡Los que me ven afuera huyen de mí!
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
he llegado a ser como un vaso quebrado.
13 Oigo la calumnia de muchos;
el miedo me asalta por todas partes,
mientras conspiran juntos contra mí
e idean quitarme la vida.
y de mis vecinos mucho más;
soy el horror de mis conocidos.
¡Los que me ven afuera huyen de mí!
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
he llegado a ser como un vaso quebrado.
13 Oigo la calumnia de muchos;
el miedo me asalta por todas partes,
mientras conspiran juntos contra mí
e idean quitarme la vida.
14 Mas yo en ti, Jehová, confío;
digo: «¡Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos!»
Líbrame de manos de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
¡sálvame por tu misericordia!
17 No sea yo avergonzado, Jehová,
ya que te he invocado;
¡sean avergonzados los impíos,
estén mudos en el seol!
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
que hablan contra el justo cosas duras
con soberbia y menosprecio.
digo: «¡Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos!»
Líbrame de manos de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
¡sálvame por tu misericordia!
17 No sea yo avergonzado, Jehová,
ya que te he invocado;
¡sean avergonzados los impíos,
estén mudos en el seol!
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
que hablan contra el justo cosas duras
con soberbia y menosprecio.
19 ¡Cuán grande es tu bondad,
que has guardado para los que te temen,
que has mostrado a los que esperan en ti,
delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás
de la conspiración del hombre;
los pondrás en tu Tabernáculo a cubierto
de lenguas contenciosas.
que has guardado para los que te temen,
que has mostrado a los que esperan en ti,
delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás
de la conspiración del hombre;
los pondrás en tu Tabernáculo a cubierto
de lenguas contenciosas.
21 Bendito sea Jehová,
porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo
en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi apuro:
«Excluido soy de delante de tus ojos»;
pero tú oíste la voz de mis ruegos
cuando a ti clamé.
porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo
en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi apuro:
«Excluido soy de delante de tus ojos»;
pero tú oíste la voz de mis ruegos
cuando a ti clamé.
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
a los fieles guarda Jehová
y retribuye con creces al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros, los que esperáis en Jehová,
y tome aliento vuestro corazón.
a los fieles guarda Jehová
y retribuye con creces al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros, los que esperáis en Jehová,
y tome aliento vuestro corazón.
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