lunes, 26 de noviembre de 2018

Es hora de ayunar

El ayuno es una de las armas de guerra espiritual que podemos usar en contra del enemigo, puesto que sirve para atar y desatar, romper cadenas, declarar bendiciones y pelear por lo que nos pertenece; pero además de eso, lo más importante es estar en la presencia y escuchar la voz de Dios, pues de lo contrario solamente estaríamos pasando hambre. ¨¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y que rompáis todo yugo?¨Isaías 58:6 (Reina-Valera 1960).
El ayuno va mas allá de abstenernos de alimentos. A lo que nos quiere llevar es a que la carne mengüe y crezca el espíritu. El ayuno debe ser con un propósito claro, definido, ya sea buscar la guía de Dios al tomar una decisión, hacer guerra espiritual, o alguna situación especifica que estemos viviendo.
ayunar¨Ellos me consultan todos los días y dicen que quieren obedecerme, como si fueran gente de bien que no se aparta de mis leyes. Ellos me piden leyes justas y quieren estar cerca de mí. Sin embargo, andan diciendo: “¿Para qué ayunar, si Dios no nos ve? ¿Para qué sacrificarnos, si a él no le importa?” En el día de ayuno ustedes hacen negocios y maltratan a sus trabajadores.¨ Isaías 58:2-3 (Traducción en lenguaje actual).
Consultamos a Dios, decimos que lo obedecemos que lo amamos y que estamos dispuestos a hacer lo que Él nos diga, pero con nuestros actos demostramos todo lo contrario, y pensamos que no es necesario ayunar, que basta solo con una oración, o creemos que Dios no nos escucha o que no le importa; pues piensa que todo lo que tiene que ver con tu vida le importa a Dios y más tu área espiritual.
¨Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. Mateo 6:16-18
No debemos ayunar para que los demás vean y crean que somos súper-espirituales; eso es parte de tu intimidad con Dios. Hay que ayunar porque realmente tenemos necesidad de alimentar nuestro espíritu, hagámoslo de corazón; busca ansiosamente esa presencia de Dios, pon toda tu atención en lo que te quiere decir, organiza bien tu agenda para que esos días en los que ayunes puedas pasar un tiempo a solas con Dios, que tengas claro el motivo de tu ayuno, y el cronograma que vas tener ese día, no lo hagas forzosamente, porque no funcionará. Si ayunas y no buscas la presencia de Dios, y además no lees su palabra, no estás haciendo nada.
También debes tener claro que los resultados por lo general a veces tardan, es cuestión de perseverar; aunque hay otras situaciones en que Dios responde casi de inmediato, pues gloria a Él por eso. Eso va a depender de tu situación, de tu fe, de las áreas que Dios quiera tratar en tu vida; esa respuesta y ese respaldo van a llegar si en realidad ésa es la voluntad de Dios, porque eso es lo que tenemos que buscar, su voluntad, y no hacerlo por emoción, ni para satisfacer nuestro deseos, ni que se haga lo que nosotros queremos, sino lo que Él quiera.
Jesús también ayunó (Mateo 4:1-11) y esto le dio fortaleza para no ceder a las tentaciones de Satanás. El ayuno también nos fortalece, así que si estás luchando con algo que a Dios no le agrada y que te cuesta dejar, es hora de que empieces a ayunar.

¨Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad.¨ Isaías 58:9 (Reina-Valera 1960).

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