La historia del hombre relata los éxitos de algunas personas que alcanzaron notoriedad a causa de sus destacadas acciones. Abriendo página en la gigantesca enciclopedia, vemos algunos ejemplos: Juana de Arco tenía apenas 19 años cuando luchó por la independencia de su país, Francia; Simón Bolívar visitó Europa a los 21 años y juró, en Italia, liberar a su patria, Venezuela, y consiguió además la libertad de Colombia, Ecuador, Perú, y Bolivia; Miguel Ángel con solo 25 años completó su gran obra maestra; Aníbal, general cartaginés, considerado como uno de los más grandes estrategas militares, lideró una de sus más grandes conquistas cuando tenía 26 años; Martín Lutero, encabezó la Reforma cuando tenía 30 años; Cristóbal Colón hacía planes para llegar a otros lugares de la Tierra cuando tenía 30 años; Napoleón, a la edad de 30 años, ya había conquistado casi todo el mundo; Alejandro Magno había conquistado el mundo conocido cuando tenía 33 años. Esteban, el primer mártir de la Iglesia. ¿Observa algo en común?
Jóvenes, los llamados a conquistar.
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que recuerda que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Eclesiastés 11: 9. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; Eclesiastés 12:1. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1a de Timoteo 4:12.
Se tiende a pensar que los jóvenes no valen y que es poco su aporte en todos los niveles, que son rebeldes, y llevados por sus propias ideas. Que existen para formar grupos de lucha contra una sociedad con la que no sienten no tener ninguna afinidad, en fin, son variadas las razones, o ¿sin razones?, con las que son catalogados. Pero la Historia Universal prueba que los jóvenes siempre fueron, y son, muy importantes, tanto, que algunos consiguieron ciertos logros que los enaltecen; pasa el tiempo, y se los sigue recordando. La Biblia, incide claramente en la importancia de los jóvenes. De hecho, hay quienes, siendo jóvenes, hicieron una vida de servicio al Señor, como David, o Esteban, por ejemplo. Muchas huellas dejan aquellos que inician su actividad en la Iglesia tempranamente, y es muy enriquecedor comprobarlo. El llamado esencial para los jóvenes hoy es, “nadie tenga en poco tu juventud…”. Que nadie te menosprecie, sino valórate a ti mismo, lucha por ser un aporte en tu entorno, y valora el lugar donde te ha puesto Dios, pues seguramente habrá algo que debas hacer allí. Cristo Jesús te ama.
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