jueves, 3 de mayo de 2018

Los 10 Mandamientos de La Ley de Dios

Los diez mandamientos se describen claramente en la palabra de Dios, no hay ningún error y ninguna interpretación que dé lugar a la omisión de alguno de ellos:
1.    No tengas otros dioses aparte de mí. Amar a Dios, no solo sobre todas las cosas, sino sobre toda persona y sobre todo cuanto existe.
2.    No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso.  Simple, no adorarás ningún tipo de imagen, no te inclinarás delante de nada ni de nadie; solo ante Dios debemos postrar nuestras rodillas, porque solo Él es digno de alabanza y adoración.
Imagen relacionada3.    No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues Él no dejará sin castigo al que use mal su nombre. No demos un mal testimonio de la Divinidad y Naturaleza de nuestro Amado Padre Celestial, Él es Santo.
4.    Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer,  pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. El día de reposo, el de descanso es para el Señor, para que disfrutes y compartas con los tuyos de su Divina Presencia.
5.    Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. Este mandamiento es hermoso. Cuando fuiste buen hijo, sin duda eres un buen esposo o una buena esposa, un buen padre o una buena madre.
6.    No mates. No solo dejar a alguien sin respiración es matar; también matamos cuando odiamos a nuestro prójimo, cuando le deseamos lo malo, cuando albergamos resentimiento en nuestro corazón, etc. - “Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna”. 1 Juan 3:15.
7.     No cometas adulterio. - "Ustedes han oído que se dijo: No cometas adulterio. Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Mateo 5:27-28 (DHH).
8.     No robes. Ni a Dios, ni al prójimo. ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, toda la nación me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:8-10 (RV 1960).
9.     No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Santiago 3:9-11 (NVI).
10.   No codicies la casa de tu prójimo: no codicies su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca. - El resentimiento mata a los necios, la envidia mata a los insensatos. Job 5:2 (NVI).

No importa lo que te hayan enseñado a lo largo de tu vida, lo que importa es lo que dice la palabra de Dios, lee la Biblia y cumple con los mandamientos que el Señor nos enseña. Si tienes dudas lee Éxodo 20:1-17, Deuteronomio 5:7-21.

El Señor nuestro Dios nos mandó temerlo y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy.  Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos.”
Deuteronomio 6:24-25 (NVI).

Éstos son los mandamientos, leyes y decretos que el Señor su Dios me ha ordenado enseñarles, para que los pongan en práctica en el país del cual van a tomar posesión. De esta manera honrarán al Señor su Dios, y cumplirán durante toda su vida las leyes y los mandamientos que yo les mando a ustedes, a sus hijos y a sus nietos; y así vivirán muchos años. Por lo tanto, israelitas, pónganlos en práctica. Así les irá bien y llegarán a ser un pueblo numeroso en esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua, tal como el Señor y Dios de sus antepasados se lo ha prometido. Deuteronomio 6:1-3

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