
Otro argumento contra la Navidad, especialmente el del árbol de navidad, es que la Biblia prohíbe traer árboles a nuestros hogares para decorarlos. El pasaje más citado está en Jeremías 10:1-5, pero estos pasajes hacen referencia a cortar árboles, cincelar la madera para hacer un ídolo y después decorarlo con plata y oro, con el propósito de inclinarse ante él y adorarlo (véase también Isaías 44:9-18). El pasaje en Jeremías no debe tomarse fuera de contexto y aplicarse como legítimo argumento contra los árboles de Navidad.
Los cristianos que prefieren ignorar la Navidad indican el hecho de que la Biblia no proporciona la fecha del nacimiento de Cristo, lo cual es cierto. El 25 de diciembre puede no estar ni siquiera aproximado a la fecha en que nació Jesús. En fin, hay un sinnúmero de argumentos en ambos lados, algunos refiriéndose al clima en Israel, otros a las costumbres de los pastores en invierno y las fechas de los censos efectuadas por los romanos. Todos estos argumentos contienen un cierto grado de conjetura, lo que nos trae nuevamente al hecho de que la Biblia no nos dice cuando nació Cristo.
Algunos ven en ello la prueba de que Dios no desea que celebremos Su nacimiento, mientras que otros ven en esta omisión de la Biblia una tácita aprobación.
Hay cristianos que piensan que, puesto que el mundo celebra la Navidad, aunque cada vez se convierte más y más en algo políticamente aceptado, el referirse a esta fecha como “días festivos”, – los cristianos no deberían hacerlo. Pero este mismo es un argumento usado por las falsas religiones que niegan totalmente a Cristo, al igual que ciertos cultos como los Testigos de Jehová, quienes niegan Su deidad. Otros Cristianos que sí celebran la Navidad, tienden a ver en ello, la oportunidad para proclamar a Cristo como “la razón de la celebración” entre las naciones y para todos aquellos cautivos en falsas religiones.
Como hemos visto, no hay realmente una razón bíblica para no celebrar la Navidad. Al mismo tiempo, no hay tampoco un mandato bíblico para celebrarla. A fin de cuentas, celebrar la Navidad o no, es una decisión personal. Sin importar la opción que los Cristianos elijan en relación a la Navidad, sus puntos de vista no deben ser usados como un arma para atacar o denigrar a aquellos con criterios opuestos, como tampoco deben ser usados como un galardón para el orgullo sobre si se debe celebrar esta festividad o no. Como en todo, debemos pedir sabiduría a Aquel que la otorga liberalmente a todo el que la busca (Santiago 1:5), y aceptarnos unos a otros en gracia y amor cristianos, independientemente de nuestras opiniones sobre la Navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario