En las calles se acumulan basura y escombros, y en la gasolineras se forman largas colas. Los residentes se agrupan en los pocos inmuebles que quedaron indemnes y tratan de acostumbrarse a la casi completa oscuridad que impera en el lugar.
Por su parte, cientos de turistas tratan de salir de San Martín y decenas de ellos hacen colas a la entrada del aeropuerto Princesa Juliana, de cuyo letrero solo han quedado cinco grandes letras.
Por su parte, cientos de turistas tratan de salir de San Martín y decenas de ellos hacen colas a la entrada del aeropuerto Princesa Juliana, de cuyo letrero solo han quedado cinco grandes letras.
“No hay comida ni agua”, comentó Germania Pérez, residente en la isla, mientras que Evelyne Cornilliau quien vive en San Martín desde hace 50 años, también teme que “no tengamos suficientes víveres”.

Las clases están suspendidas a causa de graves daños en las instalaciones educativas, y las autoridades aseguran que pasará más de un mes antes de que se reanude la actividad en las aulas.
Asimismo, la temporada turística de San Martín también ha recibido un duro golpe, y tiene pocas opciones de reanudar su actividad pronto. Normalmente, comienza en noviembre, cuando las personas que viven en Norteamérica y Europa llegan para huir del frío, pero ahora...
Pocos días después de sufrir esta desgracia, San Martín podría volver a ser golpeada a finales de esta semana por el huracán José.
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