Éste (Juan) vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. Juan 1:7
En un proceso judicial, los testigos son
participantes cuya acción ayuda a determinar el resultado de un caso. Lo mismo
se aplica sobre nuestro testimonio de Cristo. Debemos participar de forma
activa en una cuestión trascendental: la verdad sobre la muerte y la
resurrección de Jesús.Cuando Juan el Bautista habló de Jesús, la Luz del mundo, lo hizo declarando lo que sabía de Él. Y Juan, el discípulo que registró estos sucesos, testificó: «Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14 LBLA). El apóstol Pablo ampliaría esta idea, cuando le dijo al joven Timoteo: «Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Timoteo 2:2).
Todos los cristianos han sido convocados ante el
tribunal del mundo. La Biblia enseña que no somos meros espectadores, sino
participantes activos. Testificamos sobre la verdad de la muerte y la
resurrección de Jesús. Juan el Bautista fue la voz que clamaba en el desierto.
Nuestras voces pueden escucharse en el trabajo, el vecindario, la iglesia y
entre nuestros familiares y amigos. Debemos ser testigos activos y hablar sobre
la realidad de Jesús en nuestra vida.
¿De qué
maneras creativas podríamos testificar hoy?
El evangelio es demasiado bueno como para no compartirlo.
El evangelio es demasiado bueno como para no compartirlo.
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