miércoles, 8 de febrero de 2017

Porque el Señor al que ama disciplina

Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Hebreos 12:6
Unos de los grandes problemas que hoy presenta la humanidad es la responsabilidad de los padres de enseñar, corregir y disciplinar a los hijos. Hoy la sociedad ha cambiado algunas características de las responsabilidades de los padres ante los hijos.
Específicamente en la corrección y disciplina, los padres ya no cumplen esta responsabilidad eficientemente. De hecho, las leyes han establecido pautas, restricciones y penas como límites a los padres de hasta dónde pueden corregir y disciplinar a sus hijos.
También los padres por falta de tiempo, por muchas ocupaciones o por pereza, prefieren permitir a los hijos que tengan actitudes y comportamientos verdaderamente cuestionables y hasta moralmente mal vistos por los mismos hombres. Pero los padres no entienden que disciplinando a sus hijos les están manifestando y demostrando amor.
Nosotros también tenemos un Padre que nos ama, pero que también nos corrige y nos disciplina. Nuestro Padre no es como los padres de la sociedad de hoy, nuestro Padre no falla en disciplinarnos, pues cuando caemos en pecado y no obedecemos, viene la disciplina de Dios sobre nosotros.  
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  - Disciplina. ¿Qué es?
Educar, instruir, enseñar.   
Corregir.   
Castigar, azotar. 
Entonces, Dios nos corrige, nos castiga.

 - Dios es nuestro Padre.
Aquellos que obedecen a Dios en todo son llamados hijos de Dios, por lo cual Dios es su padre. 1 Juan 3:1  2 Corintios 6:18  Como hijos de Dios, somos educados, enseñados con la palabra de Dios. Sabemos que Dios nos ha dejado su palabra y ha establecido evangelistas, maestros para instruir a sus hijos en el camino de Dios.

3  - ¿Por qué Dios nos disciplina?
Un padre disciplina a su hijo no por maldad, sino porque quiere que sea un hombre o una mujer de bien, que tenga costumbres y comportamientos moralmente buenos. El padre no quiere que su hijo sea drogadicto, ni fornicario, ni mujeriego, borracho, asesino, ladrón, mal vecino, mala gente,... por ello lo disciplina. Si no lo hace, está tratando a su hijo como si no le importara, como si fuera un bastardo. Para Dios no somos bastardos sino hijos verdaderos, y por ello nos disciplina.  Hebreos 12:8 
Dios quiere que disfrutemos de la comunión con Él, que obtengamos la vida eterna, que participemos de su santidad.  Hebreos 12:10  Hebreos 12:14  1 Corintios 11:31-32 
Dios no quiere que los que han obedecido el evangelio se pierdan, que sean condenados eternamente.
¿Y por qué nuestros hijos se pierden, llevan una vida desordenada? Primero porque les hemos dado mal ejemplo, y segundo porque no tuvimos el carácter preciso, la templanza para disciplinarlos. Dios no es así.  Job 5:17.  
Cuando nos hacemos tercos, rebeldes a la palabra de Dios, no pensamos que Dios nos castigará. Él lo hará, nos castigará por nuestro bien.  
Cuando no contamos con la protección de Dios, el mundo, el diablo, las potestades superiores de maldad, pueden hacer añicos nuestra vida. Cuando nos apartamos de Dios quedamos desamparados. Cuando nos hacemos obstinados, Dios nos puede desechar, como le paso Esaú o al rey Saúl. Hebreos 12:15-17 
4   Ejemplos bíblicos.
Israel fue un buen ejemplo de desobediencia y de la disciplina que Dios les propinó en muchas oportunidades. Ellos vagaron por el desierto cuarenta años, hasta que perecieron todos los que fueron rebeldes. Fueron esclavizados y sacados de sus tierras por el imperio babilónico, el persa, el griego, y destruida Jerusalén finalmente por los romanos.

a   - El rey David.
David fue un hombre amado por Dios. Dios lo prosperó, lo bendijo y bendijo al pueblo de Israel. Pero a pesar de todo eso, David pecó contra Dios e hizo cosas terribles. Le quitó la mujer a otro hombre, y luego mandó asesinar al esposo de la mujer, un hombre fiel. A Dios le desagradó profundamente lo que David había hecho. 2 Samuel 11:1-17 
Luego David tomó a la mujer de Urías como su mujer y quiso llevar una vida normal como si no hubiera hecho nada. Igual que muchos de nosotros, que cometemos pecado, nos apartamos de Dios y luego seguimos nuestra vida como si nada.  2 Samuel 11:26-27 
Pero cuando uno menos se lo espera viene el castigo de Dios por nuestras rebeliones; eso le pasó a David.  2 Samuel 12:1-14  
Veamos lo que le paso a David, cómo Dios lo disciplinó y lo castigó. 
Primero con la muerte de su hijo. 2 Samuel 12:17-18 
Segundo, unos de sus hijos viola a su propia hermana, hija de David, y a su vez es asesinado por otro hermano. Todo esto lo trajo Dios sobre David. 2 Samuel 13:1-14, 2 Samuel 13: 6-14 
Y luego, para más desgracia, la disciplina de Dios. Absalón mata a su hermano. 2 Samuel 13:20-29 
Después, este mismo hijo, Absalón, se levantó contra David, su padre, le quitó el reino, violó a las concubinas de su padre e hizo que David huyera como un pordiosero de su propio pueblo.  2 Samuel 15:13-16   2 Samuel 15:30 
Muchos le tiraban piedras, se burlaban de él y lo insultaban, y su hijo tomó el reino y a sus concubinas.  2 Samuel 16:22 
Luego Dios tuvo misericordia de David porque se arrepintió, pero fue necesario que Dios lo humillara para que entendiera lo que había hecho. Luego perdió a su hijo Absalón porque fue asesinado.
Nosotros no seremos diferentes si somos rebeldes a los mandamientos de Dios, pues siendo hijos Él nos va a castigar, nos va azotar, hasta que bajemos la cabeza, nos humillemos y obedezcamos.
Balance de David, humillado, avergonzado, perdió el reino, sus concubinas fueron violadas, una hija violada por su propio hermano, dos hijos asesinados y el recién nacido también murió. Su familia sufrió los efectos de sus errores.

Conclusión:
Dios es amor, pero también severo, no caigamos en las manos del Dios vivo y no esperemos llegar hasta que Él nos discipline y nos castigue. Más bien enderezamos nuestros pasos, nuestra vida y vivamos agradando a Dios en todo, Hebreos 10:29-31 
Dios nos ama y nos cuida pero es necesario ser obedientes.

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