El Espíritu Santo descendió sobre Cristo para darle poder para su obra (Juan 1:32-33). También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.

I. Convencer al mundo del pecado
Llamar a los hombres al arrepentimiento; el Espíritu Santo a través de sus discípulos produciría (convicción) de pecado. Hechos 2:36-37 Sepa, pues, ciertamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? El Espíritu Santo obró junto con Pedro en su primer discurso, el cual dio una abundante cosecha de almas. El pueblo reaccionó, obró de otro modo y cambió su manera de pensar, y su respuesta denota su verdadero arrepentimiento.
II. Revelar la justicia de Dios
Al mantener una relación personal con Dios cuando confesamos nuestros pecados, Dios nos declara justos a los que creen que Él nos liberó del pecado y de la muerte. Todo aquel que en Él crea Dios lo justifica (Juan 1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; Jesús vino a revelar a Dios y su justicia a este mundo, somos justificados por medio de la fe. Romanos 3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia; Cristo perdonó nuestros pecados, y nos hizo justos delante de Dios, y nos da poder para vivir como Él quiere que lo hagamos.
III. Vino a demostrar el juicio de Cristo sobre Satanás
La victoria de Cristo sobre el pecado en la cruz y sobre la muerte con la resurrección, proclamaba el hecho de que Satanás había sido sentenciado. Cristo venció a Satanás y a la muerte con poder. La muerte de Cristo puso a nuestra disposición una relación personal con Dios. La muerte de Jesús en la cruz del calvario demostró la victoria, y unió a los que lo seguían. Cristo venció, pero mientras estemos en este mundo tendremos luchas, pruebas, dificultades, pero Él nos dice: confiad yo he vencido al mundo.
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