Servir no debe ser una opción, debe ser una prioridad en nuestras vidas, pero no por imposición sino por saber que se es mejor persona cuando se ayuda a los demás. Porque uno crece cuando ayuda al crecimiento y desarrollo de otros, porque dar parte de uno mismo es uno de los mejores regalos que se puede ofrecer.
Servir no te humilla sino que te engrandece. Tu espíritu se eleva, y ante los demás serás considerado como alguien ejemplar. Servir te ayuda a sacar lo mejor de ti, a mantenerte humano pero sensible ante el dolor ajeno; a evitar la pereza, la soberbia y el orgullo. A poder caminar con los pies en la tierra sabiendo que eres útil.
Alguien dijo que, “el que no sirve, no sirve”. Todos nos necesitamos los unos a los otros. Nadie es tan rico que no necesite un favor, nadie es tan independiente que no necesite de la ayuda de otros.
Pon tu corazón al servicio. Da de todo lo que tengas. El amor cuando se reparte se ve multiplicado, y las penas son menos cuando logramos ver que hay otros que están pasando por situaciones peores que muchas de las nuestras.
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