Es importante que veamos que el Espíritu Santo vive en cada uno de nosotros para ayudarnos. Cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe, Él participa en cada decisión que tomamos, sea grande o pequeña. Nos conduce por medio de la paz y la sabiduría de Dios, así como por la Palabra. Habla a nuestro corazón con un suave murmullo o lo que solemos llamar "el testigo interior". Los que deseamos ser guiados por el Espíritu Santo, debemos aprender a seguir a ese testigo interior y a responderle diligentemente.
Por ejemplo, si estamos conversando y comenzamos a sentirnos incómodos por dentro, esa incomodidad interna puede ser la señal del Espíritu Santo de que debemos derivar nuestra conversación hacia otra dirección o permanecer en silencio. Si nuestra intención es comprar algo pero nos sentimos incómodos por dentro, deberíamos esperar y discernir a qué se debe esa incomodidad. Tal vez no necesitáramos ese artículo, o tal vez lo encontraremos en oferta en otro lado, o tal vez estábamos tratando de comprarlo en el momento equivocado. Recuerde, no siempre tenemos que saber por qué; solo necesitamos obedecer la guía del Espíritu para encontrar paz y contentamiento en nuestra vida diaria.
Por ejemplo, si estamos conversando y comenzamos a sentirnos incómodos por dentro, esa incomodidad interna puede ser la señal del Espíritu Santo de que debemos derivar nuestra conversación hacia otra dirección o permanecer en silencio. Si nuestra intención es comprar algo pero nos sentimos incómodos por dentro, deberíamos esperar y discernir a qué se debe esa incomodidad. Tal vez no necesitáramos ese artículo, o tal vez lo encontraremos en oferta en otro lado, o tal vez estábamos tratando de comprarlo en el momento equivocado. Recuerde, no siempre tenemos que saber por qué; solo necesitamos obedecer la guía del Espíritu para encontrar paz y contentamiento en nuestra vida diaria.
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