La preocupación hace que uno se olvide de quién es el que manda. Y cuando te enfocas en ti mismo… te preocupas. Es un círculo vicioso. No tienes por qué preocuparte en exceso, pero...
Te pones ansioso por muchas cosas. Te preocupas porque tus compañeros de trabajo no te aprecian, tus líderes te hacen trabajar en exceso, tu director no te comprende, o tu congregación no te apoya.
Te pones ansioso por muchas cosas. Te preocupas porque tus compañeros de trabajo no te aprecian, tus líderes te hacen trabajar en exceso, tu director no te comprende, o tu congregación no te apoya.
Cuando con el paso del tiempo tu agenda llega a ser más importante que la de Dios, y estás más preocupado en presentarte a ti mismo que en agradarle a Él.
Y puede que cuando vayas a ver estés dudando del discernimiento de Dios.
¡Pero tranquilo! Dios te ha bendecido con talento, y ha hecho lo mismo con tu prójimo.
¡Pero tranquilo! Dios te ha bendecido con talento, y ha hecho lo mismo con tu prójimo.
Mas si te preocupas por los talentos de tu prójimo, descuidarás los tuyos. En cambio, si te preocupas por los tuyos, podrás ser de inspiración para ambos.
Preocuparse significa ocuparse de algo antes de tiempo. Entonces, lo mejor es que hoy descanses en la manos de aquel que tiene control de todo en tu vida. Asegúrate de que Él realmente está en tu vida y en control de todo.
1 Pedro 5.7
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Juan 14.1
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario