“Únicamente de esa manera el Hijo podía liberar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.” Hebreos 2.15
Los efectos del miedo en la vida y mente de las personas son increíbles. El miedo sirve para un propósito útil en ocasiones y destructivo en otras.
Cuando somos pequeños y nuestros cerebros se están desarrollando, guardamos información en la parte de nuestro cerebro conocida como el sistema límbico o cerebro de supervivencia. Esta información nos ayuda a reconocer situaciones potencialmente dolorosas o dañinas, sin tener que tomar decisiones conscientes. Como cuando eras niño y te quemaste con una llama de fuego; tu cerebro guarda el incidente de manera que en el futuro, un miedo sano automáticamente te alejará de esa llama de fuego.
El problema es que otros miedos no saludables pueden desarrollarse en nosotros. El término clínico para algunos de esos miedos no saludables es “fobia.” Alguien con una fobia tiene fuertes reacciones inconscientes a lo que sea que teme. Todo esto se lleva a cabo en el sistema límbico.
El versículo mencionado habla maravillosamente sobre esto. Dice que Jesús nos liberó del miedo a la muerte.
La palabra Griega traducida como miedo es “phobos,” la cual viene de la misma raíz de la palabra “fobia.” La palabra Griega, traducida como muerte es “thanatos.” ¿Al poner esas dos palabras juntas, qué nos da? Tanatofobia: un miedo extremo o irracional a la muerte.
Jesús lo hizo para que no tuviésemos que vivir en ese miedo y ser afectados por las reacciones inconscientes relacionadas con ese miedo.
A Dios no solo le interesa tu salvación. A Él no solo le importa lo que haces en lo exterior. Él también quiere que seas libre de las cosas que te atrapan y controlan interiormente.
El dolor provoca miedo, y el miedo causa acciones fuertes y a veces irracionales. Todos experimentamos dolor, por lo que todos tenemos miedo. Por lo tanto, a veces, todos actuamos inconscientemente, de maneras que no entendemos.
De hecho, la mayoría del tiempo, cuando reaccionamos exageradamente o no reaccionamos lo suficiente a alguna situación, es porque nuestro sistema límbico entra en acción y nosotros simplemente estamos reaccionando al miedo y dolor.
¿A qué le temes: miedo a la muerte, miedo a estar solo (a), miedo a fracasar, miedo de ser abandonado, miedo al rechazo?
¿Cuándo reaccionas de manera incongruente a la situación en la que estás?, ¿qué te hace “explotar”?
Es muy probable que haya algunas cosas, posiblemente cosas irracionales, que necesitan ser tratadas y sanadas.
Pablo lo dijo perfectamente cuando dijo que "necesitamos ser transformados mediante la renovación de nuestra mente.”
Permite que Dios te libere de tus miedos. Si no tratamos esos miedos, seremos controlados por ellos.
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