domingo, 21 de agosto de 2016

Propósitos de la Sanidad

Dios ha prometido darnos salud y bienestar, y el medio para nuestra sanidad es Jesucristo (Isaías 53:5“…Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados…”).
Aunque no merecíamos sanidad ni salvación, Dios así lo quiso enviando a su hijo (Isaías 53:6  “…Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros…”).
La sanidad tiene sus propósitos, no solo es regocijarnos sino que hay unos propósitos con el cual Jesús nos sana...
- Para testimonio (Marcos 5:19 “…Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti…”)
No se libera al hombre de sus cadenas solamente para su propio disfrute de la libertad que Dios le da, sino también para que pueda dar a otros testimonio respecto al divino libertador.
- Para aumentar la fe (Mateo 15:28 “…Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora…”)
La mujer se sometió por completo a la autoridad divina, y su fe captó la verdad a ella aplicable. Ésa fue la fe que Jesús alabó.
- Para creer (Juan 11:39-40 “…Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto,  le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?..”)
Cuatro días habían pasado desde la muerte. Sin decir lo que se proponía, Jesús exhorta a Marta a tener fe, recordándole sus palabras del versículo Juan 11:23  “…Jesús le dijo: Tu hermano resucitará…”
- Para seguirlo (Marcos 10:52 “…Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino…”)
La curación se produjo en respuesta de su fe. Marcos 10:51 “…Respondiendo Jesús, le dijo:¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista…” Demostrada por su persistente vehemencia (pasión, entusiasmo e irreflexión en la manera de hacer o decir alguna cosa), y por su reconocimiento de Jesús como Mesías.
- Para darle la gloria a Dios (Lucas 17:15-16 “…Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano…”)
La ley prohibía a los leprosos acercarse al resto de la gente. Tan lejos estaban que Jesús no los había notado hasta que alzaron la voz. El único entre los diez que dio gracias pertenecía a la raza de los despreciados samaritanos, de quienes nada esperaban los judíos religiosos.

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