miércoles, 22 de junio de 2016

Mañana Será Mejor

Por favor, ¡no nos coloquemos muy cerca de los árboles! No disfrutaremos del bosque…
Unos cuantos años antes de que el huracán Katrina azotara Nueva Orleans, un costoso y nuevo automóvil se detuvo en la cima del Puente del Río Mississippi, y un caballero se bajó del mismo luciendo una vestimenta muy costosa.
Se encaramó sobre el barandal del puente, sobre una plataforma en la calzada, preparándose para saltar. Los coches comenzaron a detenerse y el tráfico se amontonó por kilómetros. La policía llegó con los bomberos, ministros y profesionales de salud mental.
Comenzaron a hablar al hombre y a pedirle que no saltara. Le dijeron que podría no morir; que se le romperían todos sus huesos y quedaría paralizado de por vida. Como un kilómetro atrás, en el tráfico estancado, había un viejo camión con cortadoras de césped, rastrillos y palas. Un viejo jardinero se bajó del camión y caminó hasta donde estaba reunida la multitud.
Se abrió paso entre la gente, miró hacia abajo y le gritó al hombre del borde: “Oiga, tengo que llegar a mi trabajo; salte o bájese del puente. Si decide no saltar, ¡mañana va a ser mejor!”
Con eso, el hombre bajó del barandal y fue de vuelta al puente. La policía lo esposó y le pusieron en el asiento trasero del coche policial. Y el jardinero caminó de vuelta a su camión esperando que se moviese el tráfico.
Un ministro le preguntó a un bombero: “¿Quién era ése?” El bombero le contestó: “¡No lo sé. Dijo que tenía que ir a trabajar!”
La policía informó a la prensa que de camino al hospital el hombre siguió repitiendo una y otra vez: “Mañana será mejor”.
Todos necesitamos ver un futuro para tener uno.
“No es lo que no sabemos lo que nos lastima más; es lo que pensamos que sabemos, ¡aunque no sea cierto!”.  — Mark Twain
Esta historia nos confronta con dos verdades muy interesantes: por un lado, la vida en sí es sencilla pero somos nosotros los que la complicamos. Por otro, que cuando nos atrevemos a hacer algo por los demás, el impacto puede ser realmente poderoso… ¡pero solo si damos un paso al frente!
Si nuestra vida se complica demasiado, es tiempo de recurrir al Autor y Consumador de todas las cosas, al Señor Jesucristo, y recibir de parte Suya una visión y perspectiva renovada y transformada de la vida, y también la gracia y el poder sobrenatural para poder vivirla en plenitud. De paso, descubriremos que esa gracia y poder nos habilitarán para intervenir, aunque de maneras aparentemente sencillas, en las vidas de otros para bendición. Adelante y bendiciones.

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