domingo, 24 de abril de 2016

El libro más perseguido

¿A QUÉ TEMPERATURA ARDE EL PAPEL?
A los 451 Fahrenheit o 233 centígrados.
"Fahrenheit 451" es una novela en la que los bomberos no apagaban incendios sino quemaban libros. Para mantener el orden en aquella sociedad aparentemente libre, se fomentaba toda clase de entretenimientos y espectáculos. La gente tenía televisores del tamaño de la pared, por ejemplo. Los libros eran malos para los líderes de esa sociedad porque hacían que sus ciudadanos pensaran. Por lo que entonces razonaban y se daban cuenta que las cosas no estaban tan bien como parecía.
Los lectores después ser conscientes de ello, desearían cambiar su entorno, y eso no convendría a la clase dominante. Por eso trataban de evitar a toda costa que la gente leyera dándoles otros entretenimientos. Por esto mismo, los lectores eran buscados como criminales y los libros quemados sin ningún tiento.

Cuando el protagonista de la novela encuentra a una jovencita muy diferente por vivaz e inteligente, él es  confrontado con una pregunta que cambiaría el resto de su vida. ¿Pero alguna vez has leído lo que quemas?
Aunque al principio trató de ignorar esta pregunta, ella siguió taladrando su mente hasta que finalmente se convirtió en un lector y posteriormente, prófugo de la justicia. En su huida, vino a parar a un paraje apartado de gente alejada de la “civilización”, donde encontró hombres y mujeres que sabían de memoria textos enteros de muchos autores famosos. Él les pregunto: “¿Por qué memorizarlos?” Ellos le respondieron que podrían quitarles los libros y quemarlos, pero lo que tuvieran en su interior no podrían arrebatárselo jamás.
También la Biblia ha sido quemada como lo muestra el siguiente pasaje. La inquisición persiguió despiadadamente a aquellos que se atrevían a poner la palabra de Dios en la lengua del pueblo, y quemó millares de ejemplares de la Biblia.
“…Y entraron a donde estaba el rey, al atrio, habiendo depositado el rollo en el aposento de Elisama secretario; y contaron a oídos del rey todas estas palabras. Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó del aposento de Elisama secretario, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban. Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él. Cuando Jehudí había leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había. Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras. Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír. También mandó el rey a Jerameel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escribiente y al profeta Jeremías; pero Jehová los escondió...” Jeremías 36:20-26 (RV1960).
De manera semejante a una novela, pero con un mayor y más sublime resultado, los creyentes debemos atesorar la Palabra de Dios en nuestro corazón.
“…Y este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré…” Hebreos 10:16 (SRV).
“…En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti…” Salmos 119:11 (SRV)
La Biblia ha sido el libro más perseguido y atacado, pero también el más amado y defendido.
Cabe preguntar a los a agresores: ¿Pero alguna vez has leído el libro que tanto atacas?

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