viernes, 11 de diciembre de 2015

¿Cómo Implantar La Palabra de Dios En Tu Vida?

“…RECIBID CON MANSEDUMBRE LA PALABRA IMPLANTADA..” (Santiago 1:21b)

La “…Palabra implantada…” (Santiago 1:21b) se sostiene por sí sola. No requiere los aplausos de los hombres ni el apoyo de los demás para validarse. Cuando Jesús caminó sobre las aguas hacia sus discípulos en la barca, Pedro le dijo: “Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas” (Mateo 14:28b). Jesús le contestó con una Palabra: “Ven” (versículo 29) y Pedro comenzó a andar. ¿Que si tenía miedo? ¿No lo tendrías tú? Pero su deseo fue mayor que su miedo y, para empezar, eso es todo lo que necesitas: un ansia de Dios que sea más grande que tus dudas y tus limitaciones. 
Probablemente los otros discípulos no creían que Pedro lo pudiera hacer. Por cierto, los que temían por su seguridad no deseaban que lo intentara, y los que competían con él, seguramente no hubiesen querido que tuviera éxito. De todas formas, los demás discípulos no sabían quién era el que llamaba a Pedro, porque pensaban que Jesús era “…un fantasma…” (Marcos 6:49b). 
Aquí hay una lección para ti:
Cuando el Señor te dé una Palabra y des un paso de fe, no esperes que todo el mundo te dé el visto bueno. Es normal que quieras que ciertas personas vean lo que tú ves y que crean lo que tú crees. Pero en este versículo, Dios te prepara para los desacuerdos entre ti y los que no comprendan lo que Él te haya dicho. Si no tienes cuidado, las opiniones de los demás harán que se trunque tu fe y que dudes de lo que el Señor te haya indicado. 
Él dice: “A través de ellos no voy a confirmar lo que te he dicho. De hecho, tampoco necesito que ellos estén de acuerdo con lo que he hablado respecto a ti”. Relájate, pues, y confía en Dios. ¡Puede que quieras tener todos los sistemas de apoyo externos, pero la verdad es que no los necesitas!

“…RECIBID CON MANSEDUMBRE LA PALABRA IMPLANTADA…” (Santiago 1:21b)
Cuando Dios te da una “…Palabra implantada…” (Santiago 1:21b), esto te dará hambre espiritual de más. Pero sé prudente y no vayas buscando versículos “sueltos” de la Biblia que te hagan sentir bien. Para crecer en la fe necesitas disciplinarte en pasar tiempo con la Palabra de Dios cada día. Cuando no lees la Biblia, no puedes descubrir una “…Palabra implantada…” o decidir si un versículo en particular es para ti y otro no lo es. “Toda la Escritura es… útil para enseñar…” (2 Timoteo 3:16). Para ganar dinero en un negocio es preciso conocerlo totalmente; de otra manera, pronto estarás en quiebra. Igualmente, la forma de tener éxito en tu vida como seguidor de Cristo, es ocuparte de que el tener conocimiento de la Biblia sea tu “negocio”. No solo busques una Palabra de Dios, estúdiala en su totalidad.
¿Quieres que tu vida cuente? ¡Empápate de las Sagradas Escrituras! Igual sucede con el espermatozoide y el óvulo. Ninguno de los dos es capaz de reproducirse por sí mismo. Solo cuando el espermatozoide entra y es “abrazado” por el huevo, hay una concepción y una reproducción. Y es lo mismo con nuestro crecimiento espiritual. Cuando la Palabra de Dios y el corazón receptivo se funden, ¡algo grande va a pasar! ¡Es una combinación que siempre funciona!

No hay nada que pueda ganar a la dedicación personal y prolongada a la Palabra de Dios, porque es extremadamente importante. Sin ella no podrás oír lo que Dios te está diciendo y siempre tendrás que depender de alguien. ¡Imagínate tener una relación así con tu esposo/a, sin que sepas lo que él/ella piensa y quiere decirte! ¿Cuánto crees que duraría tu matrimonio? Lo mismo es cierto con el Señor. No hay sustituto para la auténtica dedicación diaria y coherente a su Palabra.


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