martes, 14 de abril de 2015

Mecánico

Una vez, iba un hombre en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera cuando, de pronto, su coche comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía. Pensaba que rápidamente, podría averiguar qué era lo que tenía el coche pues hacía muchos años que lo conducía. Sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba la avería del motor. En ese momento apareció otro coche, del cual bajó un hombre a ofrecerle ayuda.
El dueño del primer auto dijo:
– Mira, este es mi coche de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño, puedas hacer algo.
El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
– Bueno, inténtalo pero no creo que puedas. pues este es mi coche.
El segundo hombre se puso manos a la obra y en pocos minutos halló la avería que tenía el coche y lo pudo arrancar.
El primer hombre quedó atónito y preguntó:
– ¿Cómo pudiste arreglar el auto si es mi auto?
El segundo hombre contestó:
– Verás, mi nombre es Felix Wankel….yo inventé el motor rotatorio que usa tu coche.
¡Cuántas veces le decimos a Dios: esta es mi vida, este es mi destino, esta es mi casa! Creemos que nadie nos podrá ayudar al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles,  pues “es mi vida”.
Pero,
¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creó la familia? Solo el creador de la vida con su amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.
Hebreos 13:6 “De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.”

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