lunes, 23 de febrero de 2015

El Valor De Tu Amistad

“El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano”. Proverbios 17: 9,17.
La amistad es un regalo de Dios, es la única razón que une a los amigos, y se basa en el amor que el Señor derrama en nuestros corazones. Estar unidos con verdaderos amigos no depende de si hay empatía por lo social, ni de la personalidad o los gustos similares, solo es valiosa porque Dios ha puesto el sello de amor capaz de cubrir los defectos de ese amigo. 
Job también tuvo amigos, pero no se sentía muy a gusto con ellos. Se sentaron a su lado cuando le faltó gente leal, y ellos fueron leales,... pero muy a su modo. Sus amigos creían que la mejor manera de mostrar lealtad a Job era echándole en la cara sus defectos y tratando de que se arrepintiera. Job no pudo más con tantos sermones fuera de lugar y gritó: ¡Ustedes echarían suertes hasta por un huérfano, y venderían a su amigo por cualquier cosa! ¡Tengan la bondad de mirarme a los ojos; ¿creen que les mentiría en su propia cara? ¡Reflexionen, no sean injustos, reflexionen por favor! Job 6:27
El hombre más paciente del mundo llegó a la exasperación por causa de sus amigos. 
Leyendo la historia de Job y sus amigos, ¿quién quiere tener amigos así? Algunas historias de amigos en la Biblia, son similares: Los amigos de Jeremías estaban esperando que claudicara para vengarse de él; Pilatos y Herodes se hicieron amigos para lo malo; Amnón fue estimulado por su amigo Jonadab para que violara a Tamar, y otras historias son igual de frustrantes. ¿Tienes razones válidas para decidir no confiar en nadie? ¿Te sientes mejor si estás solo, sin amigos chismosos que lo único que hacen es juzgar cada una de tus acciones? Si buscas bien en la Palabra encontrarás muchos ejemplos de malos camaradas, son ejemplos redactados por Dios para que aprendas a no comportarte como los compañeros para lo malo. Pero lee en la Palabra lo que continúa diciendo Job: “Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas para que interceda ante Dios a favor mío, como quien apela por su amigo” Job. 16:20-21. Los amigos de Job, no eran perfectos, estuvieron mirando los errores en los que cayó su hermano y se dejaron llevar por la crítica, pero Job les pidió que le mirasen a los ojos. Es imaginable que ellos dejaron de argumentar un rato, dejaron de mirar las apariencias, se sintieron identificados con él, se callaron y miraron a los ojos de su amigo; en ellos encontraron integridad, y tuvieron que parar, reflexionar, e hicieron lo que deben hacer los amigos amados, comenzaron a interceder a Dios por la vida de su amigo. 
Tenemos amigos queridos, están en las buenas y las malas, sabemos que nos aman porque oran por nosotros, lo que es la mejor prueba de lealtad, valoramos sus personalidades diferentes, sus gustos; también sabemos sus debilidades y luchas, lo que nos motiva a ser responsables de sus vidas y no cesamos de pedirle a Dios que los siga transformando; la meta es que todos tengamos la mente de Cristo.
Pero cuando hablamos de tus amigos, que si eres hijo de Dios tienes una multitud de hermanos que forman la familia de Dios, ellos deben ser tus amigos más fieles. ¿Qué fue de Amnón y Jonadab? Eran jóvenes impetuosos, uno de ellos se enamoró, y a su mejor amigo le pareció que lo que correspondía era que la tomase como su mujer sin ningún reparo. Eran amigos sin temor de Dios, igual que fueron Herodes y Pilatos, unidos para destruir. Quizá tú digas, yo no heriré a nadie, solo busco divertirme con mis amigos y nada más. Pero se sabe cuando una amistad es buena cuando. sin tener en cuenta las cosas superficiales, puedes detenerte para pedir a Dios en intercesión por la vida de tu amigo. Si oras porque su vida esté llena de paz, si clamas porque crezca espiritualmente, si ruegas por su testimonio, si pides que sea bendecido en todo, ¡eres un amigo verdadero! Quizá no esté tan cerca físicamente, quizá esté muy ocupado para visitarte, pero lo tienes guardado en tu corazón y en tus oraciones, y entonces, eres un amigo fiel. 
¿Crees que Dios ha hecho nacer amigos en ti que te acompañen en la adversidad? ¿Crees que estás ayudando a tus amigos a acercarse a Dios? ¿Estás cumpliendo con el propósito de dar buen testimonio a tus amigos? ¿Oras e intercedes a Dios por tus amigos? La próxima vez que ardas en deseos de criticar a tu amigo, ten la bondad de mirar sus ojos, mejor intercede por él antes de juzgar.

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