Un portal de internet contesta algunas preguntas sobre las preocupaciones:
¿Por qué nos preocupamos?
Cuándo nos preocupamos, nuestros pensamientos tratan de adelantarse a aquello que tememos que nos pueda suceder, creyendo de esta forma que podremos intervenir y que algo podremos hacer por evitarlo.
En definitiva, a través de la preocupación creemos que podemos controlar parcialmente los acontecimientos y circunstancias de nuestra vida, creemos que estamos haciendo algo para solucionar lo que nos inquieta, cuando realmente sólo conseguimos ponernos más nerviosos.
Algunas personas, tienen una tendencia a estar constantemente preocupadas, bien porque así lo han vivido y aprendido de sus progenitores, o bien porque forma parte de su carácter. Son personas temerosas que necesitan tenerlo todo controlado, pero fundamentalmente, viven con miedo a lo que les pueda suceder.
¿Cuáles son las consecuencias?
Ante la falta de control de las preocupaciones, las personas empiezan a sufrir estrés y ansiedad. No pueden controlar sus pensamientos, se bloquean y eso les crea tensiones y mal humor, afectándoles no sólo a su estado de ánimo sino también a su rendimiento profesional y a sus relaciones personales y sociales.
Ansiedad, incertidumbre y mal humor parecen moneda corriente en estos tiempos. Y quizá sea porque a veces hacemos demasiadas cosas a la vez y esperamos que todas estén bien hechas, no las controlamos debidamente; también influye que no sepamos qué sucederá en el futuro.
Pero hubo alguien que una vez dijo algo muy cierto:
“Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy”.
Su nombre es Jesús.
Estas palabras me obligan a hacer un alto y soltar todas mis cargas y preocupaciones, para que sea Él quien se encargue de lo que viene mañana.
Si tú crees que Dios está ahí, también créele que se hará cargo de tu futuro.
Ponlo en práctica hoy. Mira a ver qué cosas dejas en las manos de Dios.
¡Que tengas un excelente día!
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