“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros”.
Filipenses 3:12-17.
Me gusta la parte que dice, ni que ya sea perfecto, ya que muchas veces suele suceder, que las personas consideran que porque somos cristianos ya somos perfectos, o incluso nosotros mismos nos desanimamos cuando las cosas no nos están saliendo “bien”, pero de lo que sí podemos estar seguros es que Dios nos está dando experiencia.
Pablo decía que fueramos imitadores de él, y sus palabras, totalmente válidas, están ya avanzadas en años, Qué gran ejemplo nos regala, y... ¿por qué muchas veces las personas le dejan de servir a Dios cuando se sienten viejos, cuando se casan y tienen hijos o cuando creen que ya acabó su tiempo de servicio, y cesan de usar los dones y talentos que Dios depositó en cada uno?.
Pablo afirmaba: "extendiéndome a lo que está por delante"..., él se proponía avanzar en los caminos del Señor; sin mirar atrás a los errores del pasado, ni pretendiendo que ya hubiera alcanzado lo que quería hacer para Dios, él aún quería hacer más. Muchas personas a veces se conforman con haberle servido al Señor sólo en su juventud y piensan que ya no tienen edad, o las mismas fuerzas de antes, pero no hay ninguna parte de la Biblia que establezca requisitos de edad para servirle al Señor, ni tampoco que tengamos una fecha límite. Todo lo que respire alabe al Señor, dice la palabra, todo lo que respire le puede alabar y servir al Señor.Hasta llegar al supremo llamamiento, hasta que Dios nos vaya formando hasta la estatura de Cristo no debemos conformarnos, sirvámosle hasta que Dios nos preste vida.
Se dice que una mujer anciana de 90 años, en un momento determinado hizo una lista de todo lo que quería hacer durante los siguientes años,
Muchas veces, por un error cometido en el ministerio o en nuestra vida no queremos seguir, pero debemos extendernos hacia la meta, hacia el futuro, corriendo por los caminos del Señor hasta que Él nos preste vida, porque a nadie le alcanza una vida para agradecerle al Señor por medio del servicio, todo lo bueno que Él ha hecho en cada uno.
Reflexionemos verdaderamente si estamos siendo primeramente imitadores de Cristo y luego de Pablo, que aún con todo lo que sufrió, quería proseguir en lo que Cristo le había llamado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario