La responsabilidad empieza por ser fieles a las cosas pequeñas de la vida, lo cual nos lleva a la excelencia espiritual. Dios desea que sus hijos sean excelentes en cada pequeña responsabilidad que tiengan, de manera que Él pueda ubicarlos en cosas grandes.
¿Es Usted una persona fiel?
¿Cumple sus promesas?
¿Cumple las órdenes recibidas? ¿Las leyes? ¿Es diligente? ¿Íntegro?
Una persona responsable:
• Cumple a cabalmente y con buena voluntad sus obligaciones. Colosenses 3:23. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
• Cumple las promesas. Eclesiastés 5:5. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.
• Cumple las órdenes recibidas. Deuteronomio 28:1: Acontecerá que si oyes atentamente la voz de Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos, también tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
• Cumple las leyes. Romanos 13: 1-4. Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Haz lo bueno y serás alabado por ella, porque está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para hacer justicia y para castigar al que hace lo malo.
La responsabilidad va unida a la espiritualidad, van tomadas de la mano. Podemos ayunar, cumplir promesas, hacer oraciones, vigilias, dar limosnas, ir a la iglesia, pero si no somos responsables en las cosas naturales, como el pago de las deudas, o la atención que la familia necesita, la puntualidad, etc. perdemos la credibilidad.
Una persona que tiene responsabilidad lo demostrará a través de su diligencia, de su fidelidad, de su honradez, del trabajo, de la integridad.
Jesús dijo: Sin mí nada podéis hacer. Búscalo y recibirás de Él todo lo que necesitas para ser una persona con responsabilidad y satisfacción en la vida.
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