El cambio es un tema que nunca acabará; vivimos en un mundo de cambios, hoy se habla del fenómeno del niño y de cómo ha afectado el clima en el mundo, mañana a este lado del mundo vemos una nación en crisis afectada por un gran terremoto,.... pero... ¿qué es de los “fenómenos” o “terremotos” que estás viviendo como persona en tu hogar o en tu trabajo?. A diario nos llegan emails buscando consejos, buscando ayuda, quieren un cambio en su vida o quieren ver un cambio en las situaciones por las que atraviesan. Seguramente, querido amigo, tú también estás pidiendo un cambio
¿Cuáles son esos cambios que siempre has querido que sucedan en tu vida? Seguro que la mayoría de nosotros tiene ese deseo de cambiar, cambiar su situación financiera, cambio de carrera universitaria o de trabajo, cambio de relaciones, hábitos o incluso cambiar el CD de los malos pensamientos, de la baja autoestima, de la inseguridad y de la desconfianza que hay en su vida. Todos tenemos ese deseo de cambio y quienes creen que pueden hacerlo solos, están frustrados porque no lo logran. El cambio viene de Dios y es Él quien produce e inicia el cambio.
“Nadie se baña dos veces en el mismo río.” Heráclito
Pregúntate a ti mismo..., ¿Estoy preparado para los cambios que vendrán?
Muchos quieren cambios pero no se preparan, piensan que si Dios les quiere cambiar, lo puede hacer. Claro que Él lo puede hacer, pero no lo hace porque es una elección que a ti te toca y es tu responsabilidad asumirlo. Él produce el querer como el hacer, y esto me dice que debo hacer algo al respecto, es decir yo tengo mi parte en el cambio. Y antes de hacer algo tenemos que prepararnos.
Muchos quieren cambios pero no se preparan, piensan que si Dios les quiere cambiar, lo puede hacer. Claro que Él lo puede hacer, pero no lo hace porque es una elección que a ti te toca y es tu responsabilidad asumirlo. Él produce el querer como el hacer, y esto me dice que debo hacer algo al respecto, es decir yo tengo mi parte en el cambio. Y antes de hacer algo tenemos que prepararnos.
Esta es la lista de tareas, bien sencilla de verificación, antes de ir a la batalla de esos cambios.
1. Conoce tu razón. ¿Qué es lo que te lleva a ese cambio?
La mayoría de nosotros queremos algo, pero realmente desconocemos por qué lo queremos. Ejemplarizando, la mayoría pensamos que queremos una casa, pero lo que realmente buscamos es “la comodidad” y otros buscan “la seguridad”. Cuando consigues una razón poderosa, ten por seguro que el cambio llega.
La mayoría de nosotros queremos algo, pero realmente desconocemos por qué lo queremos. Ejemplarizando, la mayoría pensamos que queremos una casa, pero lo que realmente buscamos es “la comodidad” y otros buscan “la seguridad”. Cuando consigues una razón poderosa, ten por seguro que el cambio llega.
Otro ejemplo es el siguiente: algunas personas quieren renunciar a su trabajo para iniciar su propio negocio, y ese negocio, a su vez, le dará lo que andan buscando, que es libertad de tiempo y dinero para pasarlo bien con su familia y amigos. Esto es lo que ellos llaman “felicidad” y algunos le llaman “paz”.
Lo que te lleva a un cambio en el matrimonio, es la necesidad de sentirte amada, valorada y protegida, como también, la necesidad de sentirte respetado, honrado y admirado.
Tómate tiempo para reflexionar, no sólo pensar. Tú debes sentir lo que quieres ¿Qué quieres sentir? ¿Cuál es la sensación de estar allí? ¿Cómo está tu cuerpo ante la posibilidad de ese cambio? ¿Qué emociones se disparan ante ese inminente cambio que buscas?
2. Crear la intención de ganar. ¿Quieres ese cambio?
Dios es creador y nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio la capacidad de crear y no de destruir. Dios no quiere destrucción, Él no anda buscando la destrucción de hogares o negocios, Él no te creo para el fracaso. Su intención siempre es que ganemos en todas las áreas de la vida. Antes de comenzar un cambio debes preguntarte:
¿Quiero yo realmente esos cambios?
Antes de hacer algo acerca de las cosas que quieres en la vida, pregúntate si realmente quieres hacerlo. Antes de empezar cualquier relación, en cualquier empresa, cualquier negocio y en cualquier batalla en la vida, asegúrate de realmente querer. No lo hagas porque otra persona lo quiera. Hazlo por ti. Sin una intención clara en lo que hacemos, será más difícil para poner nuestro corazón en ello.
Si es realmente lo que quieres, entonces debes tener al menos la intención de cumplirlo. Recuerda que antes de entrar en cualquier batalla, debemos saber qué tenemos que ganar y la meta es ganar y ganarlo.
No hagas las cosas sólo por el hecho de hacerlas. Lo que hagas, hazlo para ganar. Dios no patrocina fracasos.
Antes de hacer algo acerca de las cosas que quieres en la vida, pregúntate si realmente quieres hacerlo. Antes de empezar cualquier relación, en cualquier empresa, cualquier negocio y en cualquier batalla en la vida, asegúrate de realmente querer. No lo hagas porque otra persona lo quiera. Hazlo por ti. Sin una intención clara en lo que hacemos, será más difícil para poner nuestro corazón en ello.
Si es realmente lo que quieres, entonces debes tener al menos la intención de cumplirlo. Recuerda que antes de entrar en cualquier batalla, debemos saber qué tenemos que ganar y la meta es ganar y ganarlo.
No hagas las cosas sólo por el hecho de hacerlas. Lo que hagas, hazlo para ganar. Dios no patrocina fracasos.
3. Soltar lo que lo detiene. ¿Qué te detiene?
Hay muchas cosas tratando de impedir que ocurran los cambios, y necesitas despojarte de todo peso. Lo que te detenga tienes que dejarlo ir. Por ejemplo, si queremos quitarnos unos kilos de más que agarramos en el mes pasado, lo que necesitamos es soltar la pereza, los malos hábitos alimenticios y hacer ejercicios.
Hay muchas cosas tratando de impedir que ocurran los cambios, y necesitas despojarte de todo peso. Lo que te detenga tienes que dejarlo ir. Por ejemplo, si queremos quitarnos unos kilos de más que agarramos en el mes pasado, lo que necesitamos es soltar la pereza, los malos hábitos alimenticios y hacer ejercicios.
Mi mayor enemigo soy yo, no son las personas que me rodean, no es el diablo. A veces dormimos con el enemigo (malos hábitos, paradigmas, creencias o experiencias del pasado, actitud negativa, duda e incredulidad, miedos, temores, religiosidad,…); necesitas identificar lo que te detiene y te está robando fuerzas, y como dice el Apóstol Pablo, despójate de tu vieja manera de vivir. Recuerda que está en tus manos dejar ir lo que te está deteniendo.
“Tus sueños deben ser más poderosos que tus temores”
No puedes pretender alcanzar tus sueños viviendo acompañado de temores. No puedes cambiar cuando temes el cambio. Si deseas cambiar y ser otra persona, lo viejo tiene que irse, tienes que soltarlo, tienes que empezar a vestirte de la nueva persona.
Hoy es un buen día para comenzar a desatar el cambio en tu vida. Es de desear que esta reflexión te ayude a elevarte, y te remonte a las alturas.
Hoy es un buen día para comenzar a desatar el cambio en tu vida. Es de desear que esta reflexión te ayude a elevarte, y te remonte a las alturas.
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